El 40% de los usuarios de Santa Lucía se dieron de baja por el cierre del local

El 40% de los usuarios de Santa Lucía se dieron de baja por el cierre del local
El colectivo espera que la reforma se ejecute lo antes posible | pedro puig

Al menos el 40% de los usuarios del centro cívico de Santa Lucía se dieron de baja en las actividades al trasladar las clases de forma temporal a San Diego por las obras que no acaban de iniciarse en el edificio.

El presidente de la asociación vecinal de Cuatro Caminos, Juan Iglesias, señala que la situación está en punto muerto desde enero cuando abandonaron el local y pese a que desde María Pita fijaron la semana del 23 como la de inicio de la reparación.

Desde entonces, los que acudían a las sesiones de baile de salón, sevillanas, cuero, corte y confección o teatro tienen que desplazarse al centro de Os Castros y esta es la razón por la que muchos, un poco menos de la mitad, han dejado de asistir: “Perdimos alumnos porque la distancia es mayor y se les hace muy tarde para volver a casa”.
De las casi 200 afectados, 120 siguen siendo fieles a su cita con la música y la dramaturgia. En cambio cerca de 80 optaron por dejar las sesiones de baile ya que “dependen de otras personas para que les vengan a buscar”. Mientras, el inmueble lleva paralizado desde hace tres meses. Iglesias cuenta también que la caída de un trozo del falso techo se sumó a unas deficiencias que llevan arrastrando tiempo.

En los últimos años, Santa Lucía presentaba un paisaje de paredes desconchadas, que daba la sensación de sucio. Además, el edificio blanquiazul sufría humedades que provocaron la presencia de moho. En una de las columnas incluso se podía ver el hierro de la estructura. El deterioro se palpaba desde que uno cruzaba el umbral de la puerta hasta que lo recorría hasta el fondo con una pared frontal muy dañada.

Falta de comunicación
El colectivo, que se quejó en su momento por la falta de comunicación directa con el Gobierno local, espera que sea cosa de días en tanto no se aprueben definitivamente los presupuestos y se ejecuten las partidas. También desconocen los planes reservados a lo que fue la cafetería Remanso, al que se le deberían dar usos sociales: “No sabemos lo que van a hacer allí”.

En este aspecto, Juan Iglesias asegura que una entidad que cumplirá 25 años en 2018 “lo mínimo que se merece es que la escuchen, aunque sea por educación y cortesía”. Aun así, aplaude la decisión municipal porque “todo lo que sea para la ciudadanía está bien”, indica.

En concreto, la reforma del centro cívico es una petición del colectivo desde el mandato popular. Por eso, Cuatro Caminos cree que “ya le toca” recibir la capa de chapa y pintura correspondiente para seguir dinamizando el barrio desde Fernández Latorre. l

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