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jueves | 25 abril | 2024
El censo electoral sirve no solo para contar la comunidad de votantes coruñeses que se enfrentarán a la urna el próximo 20 de diciembre, sino también el porcentaje de veredictos que se emitirán más allá de los Pirineos y que, en el caso, de la ciudad ascenderá a un 11,4%. Esta cifra se vio incrementada en un año de muchos “hasta luegos. En concreto, 910 maletas marcharon al extranjero, la mayoría en busca de una experiencia laboral que sumar al currículo o simplemente para conseguir un trabajo que aquí no encontraron.
En solo once meses, el conjunto de coruñeses que han abandonado su hogar ha pasado de los 25.039, de enero, a los 25.949 registrados el 1 de noviembre. Por su parte, A Coruña sumó papeletas a pesar del bajón migratorio. A los 199.771 habitantes que amanecían en enero en la península aptos para decidir el futuro gobierno hay que añadir unos 265 más en noviembre.
Si se extrapola el censo a la provincia, A Coruña es, junto con las otras tres gallegas, la que más proporción de emigrantes tiene en función del grueso de habitantes que soporta. En total, se han ido desde el primer mes del año 2.768 personas, de los que un 32,8% proceden de la ciudad. En términos generales, los coruñeses de toda la provincia con los dos pies fuera de casa representan el 13,9% del conjunto de censados en un trozo de tierra, donde viven en la actualidad 934.043 adultos con derecho a voto, 2.719 menos que hace diez meses.
En el área metropolitana, los ayuntamientos que han sufrido más bajón de vecinos son Oleiros, 56; Sada, 49; Culleredo, 49; y Betanzos, 44. En esta última localidad, el 15% de los censados se contabilizarán dentro del voto emigrante, seguido de Sada, donde un 13,06% lo harán desde fuera de la frontera, y de Oleiros, con un 7,2% en tierra ajena. Los que menos han notado la marcha de su gente han sido Cambre, donde solo 25 han decidido salir en busca de oportunidades y Culleredo, que tendrá un 5,1% de papeletas menos que contabilizar el domingo electoral.
