El 092 recibe a diario alertas de cruces temerarios en las grandes avenidas

El 092 recibe a diario alertas de cruces temerarios en las grandes avenidas
QUINTANA. ZONAS DE PELIGRO PARA PEATONES EN MARINEDA Y ALFONSO MOLINA

Minutos después de que tuviera lugar el fatal accidente de la madrugada del viernes en Alfonso Molina, en el que  murió arrollado un universitario de 19 años que trataba de cruzar la avenida a pie, saltando la mediana, otro trató de emularlo. El taxista que había arrollado a la víctima fue testigo de ello: “La Policía estaba allí y le gritaron, le preguntaron que si no había visto lo que había pasado, que no podía cruzar”.  La anécdota prueba, lejos de ser un caso aislado, muchos cruzan a diario y a pie las grandes avenidas de la ciudad, saltando las medianas de cemento y poniendo en riesgo su vida. “Lo sabemos porque la gente nos llama muchas veces denunciándola”, aseguran los policías locales. 
También el taxista implicado en el mortal accidente, el primero que tiene lugar en A Coruña desde noviembre de 2014, asegura haber visto en muchas ocasiones a individuos, sobre todo jóvenes, saltando las medianas de cemento. “No solo aquí, lo hacen en todas partes. También lo hacen en la avenida de A Pasaxe, frente al Materno, aunque haya un paso peatonal. Prefieren arriesgar la vida”, denuncia.

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El problema es que muchas de las vías de alta ocupación, proyectadas en un primer momento como simples accesos a la ciudad han pasado a formar parte del entramado urbano debido a la constante expansión urbanística como Someso, Matogrande o el  campus de Elviña, zonas todas ellas de mucho trasiego, sobre todo el fin de semana, por los eventos que se celebran en Expocoruña o el Coliseo, y que atraen a miles de personas. 
 El presidente de la asociación Teletaxi, Manuel Quindimil, recuerda que no se trata de una situación nueva: “Los que tenemos una edad recordamos cuando se abrió Alfonso Molina y la gente trataba de cruzar a la altura de la calle Caballeros. Murió bastante gente”. La situación no cambió hasta que el Club de los Leones costeó la instalación de una valla metálica que impidiera el paso,  consiguiendo que cesaran las muertes. 
Sin embargo, esa medida no siempre funciona: la carretera de Baños de Arteixos se convirtió en un foco de peligro cuando el público que acudía a Marineda City comenzó a cruzar la a pesar de sus seis carriles de anchura, que los coches recorren a ochenta kilómetros por hora, así que se instaló una alambrada. A día de hoy, un boquete permite a los más temerarios seguir cruzando de un lado a otro de la calzada, corriendo entre los vehículos.

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