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jueves | 25 abril | 2024
La necesidad manda, y gestionar los recursos en tiempo de crisis no es fácil. Es la explicación que dan fuentes de la Policía Local de por qué llevan casi diez años sin grandes campañas contra el alcohol. “No puedes hacerlo con la gente que está destinada a ese turno, tienes que hacer un servicio especial, y eso cuesta mucho dinero”, comentan. El resultado es que, en todo este tiempo, casi todas las grandes campañas en las que ha participado la Policía Local han sido controles promovidos por la Dirección General de Tráfico (DGT).
Los agentes advierten de que cada vez se hacen menos horas extra y aunque fuentes municipales señalan que gran parte del dinero se dedica a cubrir los refuerzos nocturnos de seguridad ciudadana, tarea cuya principal competencia recae en la Policía Nacional (la Local solo tiene que asistirla), la asociación profesional añade que para que se puedan cubrir algunos dispositivos más y mejor, algunas cosas se han tenido que dejar de lado. Como los controles de alcoholemia. “Yo lo que puedo asegurar es que no se están haciendo controles como se hacían hace unos años. Digan lo que digan”, confirma Manuel Aceña, delegado de CSI–CSIF y presidente de la asociación profesional de la Policía Local.
A pesar de todo, los controles que se realizan cuando se descubre a un sospechoso de circular bajo la influencia del alcohol siguen arrojando unos resultados constantes a lo largo de los últimos años, demostrando que los coruñeses, o los que circulan por la ciudad, todavía siguen obviando esta norma básica.
En los últimos años
Cuando los agentes municipales descubren a alguien realizando maniobras extrañas, lo suelen asociar al alcohol: a lo largo de los años, las estadísticas de la Policía Local sobre el número de alcoholemias detectadas variaron bastante: 558 en 2012, 542 en 2013, 547 en 2014, 457 de 2015, 640 en 2016, y de 536 a 2017 (último año del que se han publicado la memoria del 092). El número de alcoholemias en accidentes de tráfico muestra una tendencia parecida: 116 en 2012, 122 en 2013, 119 en 2014, 91 en 2015, 141 en 2016 y 136 en 2017.
Algunos casos son pasmosos: se han descubierto a conductores tan borrachos que se han quedado dormidos al volante delante de un semáforo en rojo.
El alcohol se halla detrás de algunas de las conductas más peligrosas al volante, como pueden ser las fugas. En los últimos años, se ha advertido una cierta tendencia a pisar el acelerador entre los conductores que se ven sorprendidos por el 092.
Último incidente
El caso más reciente de fuga del que se tiene constancia sucedió a mediados de febrero y lo protagonizó un sujeto que circulaba en zigzag y con el maletero abierto por la plaza de Lugo a las cuatro de la madrugada.
Finalmente, el sospechoso abandonó el vehículo en la plaza de Ourense y fue arrestado tras una fuerte resistencia. La prueba de alcoholemia quintuplicó la tasa máxima permitida y el hombre no tenía puntos en el permiso de conducir. El acompañante del sospechoso y propietario del coche aprovechó para ponerse al volante y huir hasta As Xubias, donde fue localizado. Ambos fueron acusados de sendos delitos contra la seguridad vial.
