El 092 impone quince multas al día por incumplir las restricciones

A día de hoy, es inusual cruzarse por la calle con alguien que no lleve puesta la mascarilla, que en poco tiempo se ha convertido en un complemento indispensable. Pero para conseguirlo, ha sido necesario algo más que buenas palabras por parte de las autoridades. Solo la Policía Local, en el mes y medio (la orden fue publicada en el Diario Oficial de Galicia el 19 de julio) después de que entrara en vigor las restricciones , tuvo que imponer cerca de 700 sanciones.

En este número se engloban toda clase de infracciones: incumplir el horario de cierre o reunirse más de diez personas, por ejemplo. Unas pocas son por fumar, hábito que al Consellería de Sanidade prohibió practicar en público al determinarse que ayuda a propagar el virus. Pero la gran mayoría, más de 600, son por no llevar la preceptiva mascarilla.

Hay que recordar que los primeros días, la necesidad de imponer una concienciación en el público obligó a la Policía Local, que en ocasiones realizó dispositivos conjuntos con la Policía Nacional, a mostrarse severa. En este sentido, las autoridades cuentan con al ayuda de la ciudadanía, siempre ojo avizor ante cualquier posible infractor. De hecho, la mayor parte de las llamadas que se reciben en los teléfonos de emergencia son por ese motivo, lo que ha dado lugar a situaciones curiosas e incluso desembocó en algunos arrestos.

Incidencias

Por ejemplo, a las 19:15 horas del pasando domingo, una patrulla del 092 iba a denunciar a un sujeto de 48 años que descubrieron fumando en una terraza de Os Mallos. Cuando se lo recriminaron, el sospechoso comenzó a insultar y a amenazar a los agentes, así que lo denunciaron por los delitos de desobediencia, injurias y amenazas a la figura de los agentes de la autoridad.

El lunes, alrededor de las seis de la tarde, una llamada al 092 alertaba de cuatro jóvenes sin mascarilla que no guardaban la distancia de seguridad en una calle de Elviña. Cuando se estaba procediendo a su identificación, los agentes notaron un fuerte olor a hachís y elementos que indicaban que en ese punto recientemente se había consumido esa sustancia. Ante esas evidencias y tras la práctica de un registro superficial, ocuparon al posteriormente detenido una caja que contenía y tras pesaje con los elementos de precisión, 43 gramos aparentemente de resina de cannabis.

Ante la evidencia de que el joven traficaba, se procedió a su detención y se requirió la presencia de sus progenitores. A otro joven que llevaba un gramo de hachís se le denunció también y, por supuesto, todos ellos además fueron denunciados por no usar mascarillas de protección. l