“Los daños son graves, pero los he visto aún peores” confiesa el comisario Blanco

“Los daños son graves, pero los he visto aún peores” confiesa el comisario Blanco
Los agentes de la Policía Científica realizaron un exhaustivo inventario de cada uno de los daños producidos en los pisos después del asalto javier alborés

 “Por supuesto, para el que tiene que pagarlo, los daños son graves, pero he visto situaciones en los que los pisos ocupados estaban mucho peor”, confesaba Silverio Blanco. El comisario jefe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana acababa de inspeccionar las viviendas desocupadas del Residencial Finisterre. Lo mismo hacían los agentes de la Policía Científica, pero de forma mucho más exhaustiva: “Están haciendo un reportaje fotográfico para adjuntar al informe de los desperfectos que puedan haberse producido”.

En general, el estado de los pisos, aparte de algo de suciedad y polvo, destacaba por algunos marcos arrancados, agujeros en las paredes y puertas (por los que los chabolistas introducían cadenas para cerrar el acceso a sus nuevas viviendas), algunos cristales rotos, bastante cableado arrancado y las instalaciones del ascensor desmotadas. Hay que añadir varias pintadas que decoraban tanto las paredes como las puertas y que el propio Blanco calificó en tono irónico de “aportaciones al arte”. La mayoría de estos grafittis consistían en los nombres de los ocupantes de los domicilios o el número del piso.

La vigilancia policial evitó que gran parte de cableado desapareciera, y en cambio acabara amontonado en un rincón de un vestíbulo o en cualquier otro punto del edificio.

Durante el largo mes en los que los agentes estuvieron de guardia esperando la orden de desalojo no se practicaron más que tres arrestos, motivados porque los chabolistas habían tratado de llevarse radiadores, muchos de los cuales aparecieron almacenados y aún empaquetados.

 En el entorno > Pero no se trata solo de lo que los chabolistas pudieron haberse llevado, sino de lo que trajeron: tanto el interior como alrededor del inmueble inacabado de A Silva abundaban ayer los muebles y colchones desechados. En algunos domicilios, los chabolistas habían instado juegos completos de tresillo y dos sofás, además de ropa, que tendrá que ser retirada y enviada a un punto limpio.

En el entorno eran visibles también los daños en otros puntos: la barandilla que protege a los peatones de un caída de varios metros en la parte trasera del edificio había perdido prácticamente todos sus travesaños.

“Los daños son graves, pero los he visto aún peores” confiesa el comisario Blanco

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