“Lo que ella quiere es la casa”, alega el vecino de Muros al que su esposa acusa de violación

“Lo que ella quiere es la casa”, alega el vecino de Muros al  que su esposa acusa de violación

Todas las acusaciones que pesan sobre él son, según afirmó ayer ante un tribunal de la Audiencia Provincial, “mentiras”. El muradano llevado a juicio tras una denuncia de violación de su esposa niega haberla obligado a mantener relaciones sexuales “hasta hacerla sangrar”, o maltratarla y atemorizarla durante medio siglo y tampoco admite haberle prohibido vestir pantalón o perseguido con un martillo, tal como ella asegura.

“Aquí lo que quieren es la casa”, se defendió el septuagenario, que se enfrenta a una petición de 13 años y nueve meses de cárcel por reiterados episodios violentos, algunos sexuales, que él niega amparándose en una enfermedad que, dice, le impide mantener relaciones.

El hombre sí reconoce que en marzo de 2010 su esposa abandonó la residencia común de Esteiro, Muros, para irse a vivir con un hijo, pero no puede dar otra explicación a esa decisión que los trámites de separación que la mujer emprendería poco después y que la llevarían a intentar firmar con él un convenio que le dejaría a ella la vivienda.

Si la defensa, que pide la libre absolución, cuestiona a la denunciante por las décadas que esperó antes de destapar ese supuesto maltrato, esta se justificó ayer ante el tribunal de la sección primera: “Yo lo encubría para no deshacerme la vida y en contra de la voluntad de mis hijos (...) Él es mi único hombre y lo será hasta la sepultura”.

De ese modo admite que pasó tiempo “aguantando” antes de denunciar, pero solo para salvar su matrimonio. Y rememoró: “Al día siguiente de aceptar el acuerdo –de separación– nos llamó para decir que nada de nada. Le pregunté si había reflexionado y me contestó, ‘lo mío va a ser para una puta, antes que irme de esta casa te llevo al cementerio’, levántándome una silla”.

 El fiscal pide para
él 14 años de cárcel
por agresión sexual, amenazas y maltrato

pornografía

La agresión sexual que el escrito de acusación del fiscal sitúa en marzo de 2010 y los ataques con mobiliario o herramientas y aperos de los que le culpa la esposa no son los únicos comportamientos reprobables que salieron a la luz en el juicio. Según la septuagenaria, todo el comportamiento respondía de su marido a una sola cosa: “Intentaba matarme porque me negaba a bajarme a su condición”.

Preguntada por uno de los magistrados, la mujer aclaró que los arranques de ira tenían siempre un componente sexual y puso como ejemplo las revistas pornográficas que él le mostraba cuando buscaba mantener relaciones o las ocasiones en las que lo encontró masturbándose frente al televisor mientras veía películas eróticas. “Él me quería llevar hacia esas cosas, pero yo no nací para esa vida, yo nací para una vida sana”, concluyó. n

 

“Lo que ella quiere es la casa”, alega el vecino de Muros al que su esposa acusa de violación

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