“Langosteira acogerá barcos a plena carga con los que a día de hoy A Coruña no puede”

“Langosteira acogerá barcos a plena carga con los que a día de hoy A Coruña no puede”
gustavo ortega tiene su oficina en la torre de control del dique de abrigo quintana

Gustavo Ortega lleva ocho años como Capitán Marítimo de A Coruña, pero ya estuvo otros seis en el mismo puesto en Burela. Asegura que en este cargo “no hay tiempo para aburrirse” y que uno siempre está “volcado” en el trabajo. Por ello, lamenta que solo se recuerde la labor que desarrollan desde la torre de control cuando hay un accidente, a pesar de que cada día solventan problemas técnicos.

 

Para muchos la figura del Capitán Marítimo aún es casi desconocida. ¿Cuál es su labor?

Es el responsable de la Capitanía Marítima en general y de los distritos marítimos, que son oficinas que dependen de la jefatura provincial de la Marina Mercante. Nuestra función es todo aquello que conlleva la seguridad de la navegación, la seguridad de la vida humana en el mar y la preservación del medio ambiente marino. Tenemos distintos cometidos como son las inspecciones de los buques españoles para que cumplan con sus certificados y, de acuerdo con los acuerdos internacionales, también se hacen inspecciones a los buques de bandera extranjera que recalan en nuestros puertos. Y después evidentemente, el tema de los medios de Sasemar, que desde aquí se toman las decisiones.

 

Además de para hacer una escala comercial, en A Coruña entran muchos buques por averías. ¿Cómo es el proceso?

Sí. Comunican que tienen avería, nos informamos del fallo que tienen, y si la entrada es segura, normalmente aquí siempre entran. Llaman al consignatario, se hace una inspección y hasta que está reparado no salen a la mar. Otros también entran por mal tiempo, en lugar de fondear, y otros con escora porque se les ha movido la carga por temporal. Luego hay otro tipo de entradas que no son en puerto, sobre todo cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Se les permite la entrada a los fondeaderos bajo unas condiciones. Normalmente en esas circunstancias también situamos allí los remolcadores.

 

¿Qué fondeaderos hay?

Los más usuales por el tema del temporal son Ares y Finisterre.

 

Precisamente, la semana pasada había seis esperando en Ares.

Sí, unos por mal tiempo y algunos esperaban permiso para entrar a puerto.

 

¿Con una situación de temporal como la del otro día cambia la dinámica de trabajo?

Evidentemente. La el otro día fue una situación de temporal medio, pero sí. Nosotros siempre estamos alistados en todo momento. Incluso con buen tiempo tanto los servicios de la Capitanía Marítima como de los centros de Salvamento Marítimo están siempre alistados las 24 horas los 365 días del año, pero en esas condiciones adversas ya tenemos una preocupación y ocupación especial. Preocupación porque la asistencia a cualquier barco se complica y ocupación porque estamos más pendientes de la evolución de todas esas incidencias meteorológicas. Aquí a partir de los cinco metros de eslora es cuando empezamos ya a preocuparnos del tema. Por internet ahora tenemos información meteorológica muy fiable y, en función del tráfico, ya prevemos cuáles serán las medidas a tomar. Por ejemplo, a veces hay que restringir el tráfico portuario dependiendo de las condiciones y el tipo de barco.

 

¿Cuántas personas trabajan en la sala de control?

Ahí siempre está el jefe del centro y dos controladores en cada turno, las 24 horas, aparte del apoyo administrativo que tienen.

 

El problema de estos días, según los prácticos, no era tanto la entrada en puerto, sino que una vez en los pantalanes los barcos se podía golpear.

Sí. Esa circunstancia se da aquí en el puerto interior, no en todos los atraques. En algunos de los muelles el efecto resaca dificulta la estancia del propio barco, además de la dificultad en la entrada, que más que nada está en que el práctico pueda acceder al barco fuera de los canales.

 

¿Cuál es la mayor dificultad que tiene un barco para entrar en el puerto de A Coruña?

El puerto de A Coruña no tiene especiales dificultades, lo que sí tiene son unas limitaciones por calado, que está limitado a 15 metros y medio en condiciones estándares del puerto. Lo que pasa es que luego, en determinadas condiciones meteorológicas, se va restringiendo.

 

Ahora hay una nueva oportunidad con Lagosteira.

Sí, ofrece una serie de facilidades respecto al puerto interior. Por un lado, la mercancías que pueden ser molestas y peligrosas se van a ir allí y después tenemos también una mayor facilidad con el calado. Barcos que ahora mismo en A Coruña no pueden entrar o si entran vienen alijados en Langosteira podrían entrar a plena carga.

 

¿Cambiará la dinámica de trabajo una vez funcione de forma regular el Puerto Exterior?

No, trabajaremos igual. Aquí estamos dentro del puerto, pero a nivel de trabajo no repercute. Lo único es la interfase esta, hasta que se lleven todos los tráficos a Langosteira, que va a tener repercusión en una serie de servidumbres añadidas, pero no solo la Capitanía Marítima, sino todos los servicios portuarios porque van a tener que atender el servicio en dos dársenas a la vez. Esto traerá un poquito de incomodidad a la que se hará frente a fin de que Langosteira opere con normalidad.

 

¿Se empezó a hablar con el Puerto de plazos porque se espera que sea una transición larga?

Sí, estará supeditado al tema del ferrocarril y el traslado de los graneles líquidos por Repsol. Yo espero que a partir del 2016 o así estemos ya con la cosa enfocada a tener los tráficos mayoritarios en el Puerto Exterior.

 

Cambiará mucho la imagen de los muelles.

Sí. Aquí va a quedar todo el tráfico de cruceros, los pesqueros, todo el tema de recreo y los contenedores en lo que es el muelle del Centenario, que es una plataforma excepcional para este tipo de tráficos. A mí como marino me gusta que lo que es Coruña “city” mantenga su esencia como ciudad marítima. Ver una maniobra de un barco aquí en la ciudad tiene su encanto, para mí al menos.

 

“Langosteira acogerá barcos a plena carga con los que a día de hoy A Coruña no puede”

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