“Fotógrafos de la naturaleza” acerca la magia del momento

“Fotógrafos de la naturaleza” acerca la magia del momento
la exposiciã³n impacta por la grandiosidad de lo natural quintana

Cristóbal Serrano estuvo esperando a 20 metros de profundidad en la costa de California el momento. Y el momento le llevó a ganar el premio del concurso GDT European Wildlife Photographer of the Year en la categoría de mundo submarino. Con un cormorán arrinconando a sus presas del resto de pescados y a golpe de ojo de pez, que fue el objetivo que utilizó para recoger las profundidades marinas.
Lo mismo le sucedió al finlandés Tommy Vikars cuando enterró su cámara en la nieve y se colocó a 50 metros con un control remoto. Su misión pasaba por retratar a los ciervos de cola blanca bajo un fondo de estrellas. Con esta instantánea, el creador se hizo con el premio absoluto. La llamó “El que mira las estrellas”. Hoy, la pareja de rumiantes que observan el infinito encabezan en el Acuario la exposición “Fotógrafos de la Naturaleza”, donde están las mejores de 14.000 procedentes de 39 países.
En ella, uno puede recrearse en composiciones que son como cuadros. Tanto que el italiano Maurizio Biancarelli parece coger un pincel en vez de una cámara en “Flores impresionistas”. Por su forma de fotografiar las flores silvestres que nacen en los Sibilinos, bien podría pasar por un Monet. Del mismo modo, Orsolya Haarberg coloca a un zorro de pelaje azul islandés en medio de un lienzo en blanco. La imagen tiene el añadido de la cercanía, una característica exclusiva de los raposos que deambulan a sus anchas por la isla debido a que su caza está prohibida.
En la categoría de aves, la muestra recoge la mirada de varios españoles con una mención de honor en el bolsillo. Entre ellos, se cuela la “Tarabilla helada” de Andrés Miguel Domínguez, en busca de comida en la sierra de Grazalema, y la “Curruca sedienta” de Jorge Ruiz del Olmo, capaz de hacer un ángulo de 90 grados perfecto con su cuerpo y el agua.
En el apartado de los mamíferos, el tejón del francés Florent Cardinaux enseña su mejor perfil y el rostro de un macaco japonés impacta entre el conjunto. El momento le vino a Leopold Kanzler en forma de liebre “sibarita”, que mira a la cámara mientras mordisquea unos hierbajos. Muy cerca, una salamanquesa destaca por sus ojos. Los mismos que le sirven para sobrevivir porque se los lame cuando toca tiempo de sequía.
En este cuento sobre la naturaleza, dos moscas se dan un beso y los cangrejos de Montenegro se ponen de acuerdo para salir en pandilla. Sin embargo, los textos confirman que no es necesario marcharse muy lejos. Marco Antonini tuvo su momento al lado de casa. Donde las cigarras hacen la muda. El español Jorge Ruiz del Olmo, por su parte, encontró el instante en Huesca. En el punto en el que Luis alimenta todos los días a buitres leonados. Y lo natural terminó dibujando formas caprichosas. Abstractas. En medio de tanta especie animal y vegetal.

“Fotógrafos de la naturaleza” acerca la magia del momento

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