“El tráfico es riqueza, ojalá tuviéramos un puerto tan activo como el de Algeciras”

“El tráfico es riqueza, ojalá tuviéramos un puerto tan activo como el de Algeciras”

Tampoco los operadores de la sala de control miran por los ventanales a la ría. Cada uno tiene delante de sí una pantalla llena de puntos en movimiento, cada uno representando una embarcación. Las cajas de texto que aparecen junto a cada puntito aportan información sobre el barco. Es el Sistema Automático de Identificación (AIS), que les dice todo lo que necesitan saber sobre sus características. Cuando no están coordinando labores de búsqueda, desde esta sala se encargan de controlar el tráfico marítimo, además de luchar contra la contaminación.

—Hay muchos puntitos en esas pantallas.

— Aquí tenemos el dispositivo de separación de tráfico de Finisterre. Allí recala todo lo que sube y baja del norte de Europa. No llega a lo que es el Estrecho, pero es uno de los puntos más sensibles, con un volumen de tráfico realmente respetable.

—Y muchos de esos barcos transportan mercancías peligrosas...

—Muchas. Pero hoy por hoy los barcos declaran todo lo que hay y los que llevan contaminantes son los que navegan por rutas más alejadas. En su punto más lejano, a 55 kilómetros de la costa.

—¿Qué implica eso?

—Que en caso de que ocurra algo, nos da un tiempo de reacción suficiente. Es impensable que, hoy en día, un barco que se quede sin máquina pueda llegar a la costa.

—Entonces no podría pasar algo como lo que sucedió con el “Mar Egeo” o el “Prestige”.

—En aquel momento, las vías de circulación eran más cercanas. Pero en todo caso, nunca un barco va a llegar a la costa, como algunos creían. Esas imágenes de la gente esperando en tierra a que llegara la mancha gigante que luego nunca llegó...

—Pero cambiaron las rutas de navegación después de aquello. Por algo sería.

—Coincidieron dos situaciones. Primero, el aumento de tráfico de mercancías peligrosas, y luego, las reclamaciones de los pescadores: según la flota acababa con los caladeros más cercanos a tierra, tenía que faenar en la zona prohibida, de tráfico marítimo.

—Pero, ¿qué pesó más?

—La seguridad. Por eso tenemos dos remolcadores de los más potentes de Europa, cada uno más potente que el chino que se trajo para alejar el Prestige. Estoy seguro de que, hoy por hoy, tenemos medios para dar una respuesta en caso de accidente.

—¿Y la gente es responsable con la seguridad en el mar?

—Sí se ha notado en los últimos años una concienciación de la gente, tanto en embarcaciones deportivas como en los profesionales. Todo el mundo cuida más la seguridad porque es verdad que la normativa actual es bastante estricta. Es curioso que la gente se queje, cuando no lo hacen para pasar la ITV.

—Bueno, si uno pudo sentirse libre en la mar....

—Sí, pero los tiempos románticos de los piratas y el parche en ojo, gracias a Dios han pasado. Da igual que tengas un velero de veinte metros a que tengas un botecito para pescar calamares, tienes que tener la embarcación en condiciones.

—Cuando se abra el Puerto Exterior ¿Les dará más trabajo?

—Sí. Hay parte del tráfico de aquí y que se va a desviar allí, pero completar los atraques y el desarrollo del puerto va a llevar años. Y va a haber una segunda terminal de hidrocarburos. Esperamos que aumenten los barcos.

—¿Y le preocupa?

—Al contrario. Ahora captar tráfico (que es la responsabilidad de la Autoridad Portuaria) es difícil Ojalá tuviéramos un puerto tan activo como el de Algeciras porque el tráfico es riqueza.

—¿Qué le pareció punta Langosteira como emplazamiento?

—Al principio, nos sorprendió. Pero los ingenieros dijeron que no había problemas, y si ves el rompeolas te das cuenta de que es una obra tremenda. Espero que con el Puerto Exterior aumente el tráfico, porque ahora los barcos de pasajeros se mueven bien, pero los de mercancías están estancados.

—¿De qué se ocupan ahora?

—Nosotros estamos llevando el puerto de A Coruña y el Ferrol, además de la ría de Ares.

—¿La ría?

—Es el fondeadero de los dos puertos. Aquí, en la de O Burgo, no se fondea por seguridad, así que el tráfico de los dos puertos lo hace en la de Ares. Y en invierno, cuando tienes temporal del noroeste, tienes una cantidad de muy numerosa de barcos que vienen de arribada.

—¿Son muchos?

—Hay veces que la ría de Ares está concurrida como la calle Real en hora punta. Y tu tienes que vigilar, tener cuidado para dejar espacio entre ellos. A veces el viento es tan fuerte que les empuja y arrastran el ancla por el fondo.

 

“El tráfico es riqueza, ojalá tuviéramos un puerto tan activo como el de Algeciras”

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