“El nuevo PGOM va a acabar con un urbanismo del que Coruña no puede sentirse orgullosa”

“El nuevo PGOM va a acabar con un urbanismo del que Coruña no puede sentirse orgullosa”

Su correo echa humo durante la entrevista. \“Me levanto a las seis de la mañana y no paro hasta las diez y media de la noche\”, confiesa Fernández Prado, que considera que en Urbanismo queda todavía mucho por hacer para ponerse al día.

—¿Cómo se encontró el departamento hace nueve meses?

—Había expedientes muy conflictivos socialmente y técnicamente paralizados, como es el caso del Plan General. Llevamos nueve meses trabajando, y nuestro objetivo para este año es dejar esos grandes problemas enfocados, y poner sentido común en expedientes como el del Ofimático o el Parrote. Y, sobre todo, lo que queremos es sacar los temas de urbanismo e infraestructuras de los juzgados.

\“Me encanta la política local, es mucho más satisfactoria que la autonómica\”

—¿Qué le dice la gente por la calle?

—Lo que más me ha repetido la gente es que ahora da gusto hablar con el Ayuntamiento. Si tuviese que resumir en una frase estos nueve meses es que la gente agrade que les escuches, que les atiendas, con humildad y normalidad, y que no todas las contestaciones sean \“si no le gusta, a los tribunales\”.

—¿Se siente cómodo en la política local?

—Me encanta la política local, creo que es mucho más satisfactoria que la autonómica, en la que había estado anteriormente. Estoy muy contento con el trabajo. Evidentemente, tiene cosas desagradables como todos los trabajos, pero es muy gratificante de forma personal, y sobre todo, es una satisfacción enorme el contacto con la gente, que te empieza a dar las gracias por las cosas que haces. Yo me levanto todos los días a las seis y pico de la mañana y no paro hasta las diez de la noche, pero sé que, por lo menos, el trabajo vale para algo.

—¿Alguna decepción?

—Sí, unas cuantas, pero hay que mirar lo positivo.

—¿Y lo que más le sorprendió?

—La falta de diálogo en general del Ayuntamiento con la sociedad.

—El alcalde quería un experto en la materia al frente de Urbanismo, y usted fue su gran apuesta. ¿Ve imprescindible que un departamento como esté en manos de un arquitecto?

—No es cuestión de eso. Es verdad que cuando uno lleva veintitantos años dedicándose al urbanismo y a las infraestructuras tiene unas ventajas. Pero hay que dejar trabajar a los funcionarios. Yo no me meto ni en los temas que son de mi propia profesión. Tienes que dejar que los funcionarios hagan su trabajo. Y darles la confianza de decir \“queremos una ciudad mejor, un urbanismo mejor y hagamos esto sensatamente\”. En la medida de lo posible, mi trabajo es conciliar los intereses sociales con las viabilidades técnicas, pero no como técnico.

—Cuando accedieron a la alcaldía, denunciaron la existencia de varios informes negativos que impedían la aprobación del Plan General. ¿Hasta qué punto estaba atrasada su tramitación?

—Era un documento que necesitaba muchos meses de trabajo, como se está viendo, y todavía seguimos trabajando en el mismo. Teníamos hasta siete informes desfavorables y no contestados. Hasta la memoria ambiental llevaba caducada desde enero del año pasado. Hemos trabajado duro y ahora se puede decir que están salvados todos los escollos, y ahora estamos trabajando en un documento refundido para su aprobación provisional.

—¿Se mantiene el verano de 2012 como fecha límite para su aprobación?

—Sí, teniendo en cuenta que el verano acaba el 21 de septiembre... Pero sí, va a depender mucho todo de ese informe que tiene que hacer la secretaría general de Urbanismo, pero estamos trabajando en ese escenario.

\“Tenemos un problema muy serio en Orillamar,
no es asumible que
la calle esté así\”

—¿Afectan las últimas indicaciones dadas por la Xunta desde Medio Ambiente?

—No, es un informe favorable y no tiene que volver a Medio Ambiente. Pero, fíjese, después de todo el trabajo que hemos hecho, ¡todavía nos piden más cosas! Imagínese lo que quedaba por hacer cuando llegamos.

—¿Cambia mucho ese documento refundido del inicial?

—La estructura es la misma, pero necesitaba muchos cambios que tienen que ver con tres grandes líneas. Primero, los informes sectoriales (Patrimonio, Carreteras,...). Segundo, que se facilitase la gestión. Tenía una gestión muy complicada con polígonos muy grandes, que afectaban a mucha gente, y hemos querido dividir esos polígonos. Y, en tercer lugar, un cambio conceptual con el fuera de ordenación, ya resuelto.

—¿Qué va a pasar con los corredores verdes que se proponían en el plan?

—Conceptualmente nunca nos hemos opuesto a los corredores verdes. Lo que hemos dicho siempre es que no nos gustaban demasiado cómo se habían ejecutado en la ciudad. Incluso el propio redactor del plan, Joan Busquets, durante unas jornadas, se distanció un poco de lo que se había hecho, y no les llamó corredores verdes, sino enlaces flexibles entre los barrios. Nosotros creemos que está bien introducir el verde, mejorar la calidad urbana, el transporte público, pero no como se han ejecutado esos corredores. Además, queremos ser muy cuidadoso con cuáles se ejecutan para no ir en contradicción con los conceptos de movilidad y de la mejor gestión de la ciudad.

—¿Cuáles serán los siguientes?

—Esa será la siguiente fase una vez tengamos el Plan General. El PGOM es muy importante para nosotros porque quiere significar un cambio de ciclo: dejar atrás el pasado, un urbanismo del que Coruña creo que no puede sentirse especialmente orgullosa, y abrir otro más luminoso.

—¿Habrá alguna reforma más de obras del bipartito, además de las anunciadas?

—Tenemos un problema muy serio en Orillamar, no es asumible que la calle esté así. Pero nuestro objetivo no es revisar el pasado. Lo que está bien se mantiene, y lo que está mal se cambia y se intenta mejorar. Si nos trasladan algún otro problema desde Movilidad nuestra obligación es ejecutarlo. Pero nuestro papel es coger los documentos y tratar de poner orden, sensatez y legalidad.

—Desde diciembre y hasta que se apruebe el nuevo plan, está en vigor el PGOM de 1998. ¿Los promotores se han lanzado a pedir licencias?

—Estábamos preocupados porque podía pasar, pero, afortunadamente, no ha habido petición de licencias que vayan en contra del nuevo plan. Pregunto cada 15 o 20 días si hay alguna, pero por ahora no hay ninguna licencia que haga especial daño. Es verdad que tienen sus derechos, pero la gente tiene que saber que si las piden vamos a ser estrictísimos.

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