10º-19º
sábado | 20 abril | 2024
Ideario de algunos de los principales activos materiales de Aspronaga, como el colegio de educación especial o los talleres ocupacionales, la cabeza de Pou continúa buscando soluciones para el futuro de las personas con discapacidad intelectual de la ciudad.
El colegio que fundaron en 1964 sigue funcionando a pleno rendimiento...
El colegio no era un colegio de enseñanza pedagógica. No podíamos abandonarla para que nuestros hijos supieran leer y escribir pero no nos preocupaba eso sino la adaptación social. El que podía pagaba porque los niños fueran allí y las cuotas de los socios protectores se destinaban a pagar la plaza de aquellos que no pagaban nada. Hoy en día el colegio sigue teniendo capacidad para 60 chicos y prevalece con la perfección de las técnicas actuales.
Los talleres ocupacionales fueron una forma de darles salida a los alumnos cuando iban creciendo, ¿cómo se plantearon?
Nuestros hijos iban creciendo y era necesario darles una salida por lo que creamos esos talleres. Estaban tutelados por fondos públicos y proliferaron muchas actividades. La sección de escayola, por ejemplo, creció con carácter casi industrial.
¿Las enseñanzas que se imparten en ese centro de Lamastelle se ampliaron o modificaron con los años?
Sí, se van adaptando a las necesidades que la empresa privada tiene. Hoy tenemos colaboraciones con Inditex y Grafoplas en el manipulado de cartones y cajas, pero ya no nos preocupan los balances de producción. Hubo un momento en el que estábamos tan obsesionados y a los chicos les exigíamos un grado de productividad que llegó a no ser bueno.
Incluso crearon unas residencias como viviendas de los trabajadores pero, ¿qué proyectos de futuro hay?
El futuro está en los mayores, hay que resolver ese problema. Está elaborado un proyecto de residencia de mayores con unas particularidades muy especiales porque son personas discapacitadas, mayores y dependientes en muchos casos. Desearíamos que fuese una residencia familiar para que no solamente el discapacitado tenga allí un acoplamiento sino también su padre o madre con el que vive porque si se va allí al progenitor lo dejarías solo.
¿Existen recursos económicos para conseguirlo?
El proyecto está hecho y el solar cedido por el Ayuntamiento en Eirís pero falta el dinero. Cuesta muchísimo porque una unidad nuestra cuesta tres veces lo que en un centro normal y mientras tanto la gente se acumula en el centro de día de Lamastelle por lo que habrá que ir creando más unidades y el costo de esas obras también es muy elevado.
