“Cuando todo va mal, el humorista no solo es alguien necesario, sino que es imprescindible”

“Cuando todo va mal, el humorista no solo es alguien necesario, sino que es imprescindible”
piedrahita presenta hoy su nuevo espectáculo en el teatro colón

El rey de las cosas pequeñas habla de su inspiración, de su humor y hasta de omóplatos.

¿Cuál es la esencia de este nuevo espectáculo y qué le diría al público para que vaya a verlo?
Se trata de un show mucho más gracioso que una visita al dentista. Además es menos doloroso. Un show en el que se habla de todas esas pequeñas cosas que hacen de la vida algo realmente grande. Yo garantizo que todo aquel que venga, saldrá mejor de lo que entró.

¿Cómo surgió la idea de dedicar un libro y un espectáculo a los gazapos que uno ve en los productos? Parece que la inspiración surge en cualquier sitio...
La inspiración, al igual que la transpiración, surge del trabajo duro. El libro y el espectáculo comparten título y la intención de buscar el humor allá donde nadie mira. Comparten la intención de buscar entre las cosas pequeñas, a veces en las microletras del prospecto de un medicamento y a veces en esos instantes tan absurdos de nuestra vida cotidiana. Tanto el show como el libro buscan descubrir tesoros humorísticos que estaban bien escondidos.

¿Qué respuesta espera del público coruñés? ¿Cómo se siente cuando actúa en casa?
Más que su respuesta, me interesan sus preguntas. Me explico, al principio del show habrá una caja de cartón en la boca del escenario y, antes de que comience el show, todo aquel que quiera podrá acercarse esa caja y dejar en ella una pregunta, una inquietud o hasta un sinsaber... El público podrá dejar en la caja lo que quiera y en un momento del show yo cogeré esa caja e improvisaré un monólogo tratando de dar respuesta a todo lo que hayan preguntado los coruñeses. Estoy deseando que llegue ese momento, jugar en casa siempre es agradable.

¿Es difícil dedicarse al humor con la que está cayendo?
¿Para qué sirve un humorista cuando todo va bien? O lo que es lo mismo, ¿para qué sirve un humorista cuando todo va mal? En el primer caso, para fijar la alegría en la gente y recordar esa dicha en cada momento. Cuando todo va mal el humorista ya no es necesario, es imprescindible.

¿Qué tema le gustaría tratar en un monólogo y todavía no lo ha hecho?
Los omóplatos. Son muy sexis y se escriben sin hache. 

“Cuando todo va mal, el humorista no solo es alguien necesario, sino que es imprescindible”

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