“Conseguimos encontrar empleo al 65% de los parados que acuden al centro de formación”

“Conseguimos encontrar empleo al 65% de los parados que acuden al centro de formación”
José Manuel García, en la sala de reuniones de Cruz Roja javier alborés

E l presidente provincial de Cruz Roja, José Manuel García Pérez, acude casi a diario a su despacho de la sede de la ONG, que el año pasado celebró su 140 aniversario. La organización humanitaria siempre ha sido muy generalista, abarcando más campos que la mayoría de las ONG, que no cuentan con sus recursos: Cruz Roja trabaja en ámbitos tan distintos como la juventud, la formación, socorrismo y emergencias, el tiempo libre, salud (en verano comienzan con la campaña del calor y el sol), cooperación internacional (pronto enviarán una misión al sur del Sáhara, donde se espera una hambruna dramática este verano) y medio ambiente. Pero últimamente han notado cada vez más demanda en intervención social, donde tradicionalmente Cruz Roja ha venido asistiendo a los colectivos más desfavorecidos.

—¿Cómo va todo?

—Aquí estamos: peleando.

—¿Y ahora la pelea es más dura?

—Yo no diría que es dura, sino que es más intensa. Ahora somos más imprescindibles que nunca, en una época como ésta.

—¿Los recortes también les afectan a ustedes?

—Nosotros tenemos un lema: “Hacer más con menos”. El voluntariado, por definición es una estructura de gente que aporta a su tiempo a cambio de nada, y esa es nuestra filosofía.

—Pero el Gobierno les seguirá subvencionando.

—Técnicamente, lo que hacemos es ser prestadores de servicios. Pero dependemos del dinero público en un 31%. Es bastante poco, y es porque no hemos ocupado que sea así.

—Porque...

—Así mantenemos la independencia. Nosotros, por suerte, contamos con el apoyo de 16.000 socios en la provincia que aportan sus cuotas, es una cifra muy importante. Y el resto de la financiación proviene del Sorteo del Oro.

—Debe ser difícil mantener ahora tantos socios cuando la gente mide cada euro.

—Hay una solidaridad en la gente de la calle mayor de lo que se pueda pensar. Aunque supone esfuerzo: planificación, trabajo, hacer las cosas bien.

—Ustedes tienen una reputación como pilar social.

—Sí, si nos podemos considerar un pilar, sí. Hay una red que da sostén al estado de bienestar a la ciudad y entre las importantes estamos nosotros.

—¿Sigue creciendo la demanda de ese apoyo?

—Sí, ahora notamos una demanda mayor. Ha aparecido una tanda poblacional muy importante vinculada a la crisis económica y a la escasez directa de recursos.

—Es decir...

—Que están por debajo del umbral de la pobreza.

—Bueno, siempre ha habido gente pobre, ¿no?

—Eran colectivos con los que antes no trabajábamos tanto, porque había recursos como el Risga (subsidio social).

—¿Cuáles son sus necesidades?

—No pueden pagar la hipoteca, vestir a sus hijos, tienen a todos los miembros de su familia en paro... Antes se clasificaba a las personas por vulnerabilidades (drogodependiente, discapacitado.,...), pero hay una banda de gente muy importante que es simplemente pobre.

—Habrán oído de todo.

—De todo. Las situaciones que vivimos aquí son dramáticas: familias numerosas al que le han cortado la luz hace un mes. Y luego te cortan el teléfono, llevas tres meses sin pagar el alquiler...

—¿Qué es lo más difícil?

—Es muy difícil asumir la pobreza cuando vienes de una experiencia vital en la que no eras pobre. Tienes que adaptarte a un nuevo contexto. Pero respondiendo a la pregunta anterior: sí, hay más gente que pide ayuda.

—Sí pero ¿A ustedes? No pueden darles empleo.

—A ver: nosotros hace tiempo venimos trabajando de manera muy eficiente en el mundo del empleo.

—¿Sí? ¿Con qué resultados?

—El año pasado conseguimos que encontraran empleo a 275 personas que acudieron a nuestro centro de formación. Nuestra ratio de laboralidad supera el 65%.

—El INEM no llega al 3% ¿Cómo lo consiguen?

—Realizando un seguimiento personal de cada caso. Lo llamamos Itinerarios Personalizados de Inserción Sociolaboral (IPIS),

—¿IPIS?

—Les hacemos un diagnóstico personalizado, les metemos en un curso de formación, les buscamos prácticas en empresas y, cuando acaban, suelen quedarse contratados.

—¿Así de fácil?

—Bueno, hablamos de un trabajo bastante intenso con el que tienen que comprometerse. Pueden pasar fácilmente cuatro meses y luego vienen las prácticas. Nos preocupamos, les llamamos, les preguntamos como están, les metemos su currículum en internet, les decimos como tienen que comportarse en las entrevistas de trabajo, les acompañamos... Es un trabajo intenso, pero funciona incluso con personas complicadas.

—¿Qué quiere decir?

—Que en nuestro programa de empleo no acogemos a cualquiera, solo los casos de más difícil inserción: mujeres de más de 45 años que no han trabajado nunca, parados de larga duración, inmigrantes que no hablan nuestro idioma...

—Pero ¿cómo encuentran los puestos de trabajo?

—Tenemos un equipo que permanentemente está haciendo acuerdos con empresas de la ciudad para poder enviarles alumnos. Y las empresas están satisfechas con nosotros, porque no se llevan sorpresas. Aunque hablamos de trabajos con un perfil técnico medio o medio bajo: carniceros industriales, cuidadores...

—¿Será tan necesario su trabajo el año que viene?

—Nuestras expectativas es que la tendencia no va a cambiar. Tenemos estudios internos que nos dicen que la situación de vulnerabilidad social se va a mantener y el nivel de renta no va a subir.

—Vaya cuadro.

—Es que, aunque haya generación de empleo, la gente en paro acabará sus prestaciones y seguirá habiendo un repunte de dificultades. No prevemos que en 2013 haya menos necesidades sociales que en 2012.

—¿Cuál será su respuesta?

—Vamos a multiplicarnos en proyectos vinculados a la crisis. Para empezar, antes de que acabe el año, queremos duplicar el número de casos atendidos en nuestro programa de empleo. Ahora hay una necesidad real, pero también psicológica.

—¿Qué quiere decir?

—Muchas veces, cuando hay crisis, la gente pierde la autoestima y la esperanza para seguir adelante. Pero con pequeñas ayudas se puede ver rápidamente la luz al final del túnel.

 

“Conseguimos encontrar empleo al 65% de los parados que acuden al centro de formación”

Te puede interesar