“Ante el mar no podemos hacer previsiones, es una de las fuerzas con mayor capacidad destructiva”

El arquitecto Luis Collarte asegura que, de uno u otro modo, siempre ha estado “conectado” con el entorno de O Parrote. Su estudio participó en el concurso para la ordenación de esa zona y su trabajo fue uno de los tres finalistas. Además, la constructora de las obras también le consultó algunas cuestiones del antiguo proyecto del aparcamiento y hasta suya fue la idea de la exposición fotográfica que hasta hace poco estaba instalada en el vallado de la obra. “El público la acogió con tanto cariño que acabaron llevándose todas las fotos que colocamos”, asegura durante la entrevista.

¿Cuál será la parte más difícil del proyecto?

La parte más compleja se centra en que no aparezcan sorpresas que, por otra parte, es algo que siempre pedimos en las obras. Aquí, las sorpresas podrían venir de abajo y del comportamiento de las mareas y los niveles de terreno situados por debajo de las cotas que hasta ahora conocemos. Casi todo está previsto, pero tenemos al ladito mismo a una de las fuerzas de la naturaleza con mayor capacidad destructiva. Contra eso podemos hacer previsiones, contamos con datos estadísticos y todos los estudios pertinentes, pero siempre cabe un pero porque estamos al lado mismo de la orilla del mar. Recuerdo que participamos en la recuperación del parador de la isla del Hierro, construido sobre la misma línea de mar. Después de muchos años de funcionamiento, vino una ola y se llevó la mitad del edificio. Según los datos estadísticos, esta ola sucedería cada 800 años. Durante la reconstrucción la ola de los ochocientos años vino dos veces y se llevó el muro casi acabado dos veces en solo seis meses.

“La obra es en sí misma un divertimento en forma de anfiteatro constructivo en el que comprobar su avance”

¿En qué momento los vecinos empezarán a ver avances?

Yo diría que de forma inmediata, de hecho, gran parte de los desvíos de instalaciones están ya efectuados y estoy seguro de que el ritmo de las obras será elevado. Además, hay que decir que es una obra que reúne unas características especiales porque es fácil de comprobar. En sí misma, es casi un divertimento en forma de anfiteatro constructivo. También hay que decir que algunas fases de los trabajos van a suponer variaciones en las direcciones de tráfico de la zona. Molestias que esperamos se reduzcan al mínimo posible, pero sobre las que es necesario advertir desde ahora mismo.

¿Se finalizarán todos los proyectos a la vez o se podrá disfrutar del párking mientras se construye el edificio?

Técnicamente es posible acometer la totalidad de los proyectos de una sola vez. Tengamos en cuenta que no todas las obras a realizar pertenecen a la concesionaria del aparcamiento, aunque sí la mayoría. Si los problemas administrativos se resuelven a tiempo, es perfectamente posible llevar las actuaciones de modo conjunto o, cuando menos, secuencial. Por supuesto, lo primero es ejecutar las obras que se sitúan por debajo de la rasante de la actual explanada del Parrote, para después continuar hacia arriba. Este orden obliga a que parte de los trabajos relacionados con los restos arqueológicos se tenga que iniciar de modo casi inmediato.

¿Cree que la gente estará contenta con la urbanización?

Tenemos toda la confianza en que así será. Es cierto que los tiempos en los que nos toca vivir no nos permiten holguras presupuestarias y debemos administrar cada euro de modo que obtengamos de él todo el provecho posible, pero vamos a hacer una obra con un largo período de vida. Debemos equilibrar todos los factores presentes: economía, belleza, utilidad y facilidad de mantenimiento.

La idea del inmueble fue muy criticada. ¿Quedará acorde con el entorno?

Sinceramente, sí. Se trata de una pieza necesaria para acabar de enlazar los dos niveles de la zona. Otra cosa es que su forma se encuentre condicionada por factores de tipo normativo y no pueda resolverse con una libertad absoluta. Un espacio para estar y para disfrutar del paisaje urbano con el telón de fondo de la zona portuaria. No se trata de una pieza protagonista, por eso se resuelve con los mismos materiales que se van a utilizar en el espacio dedicado a la visita a los restos arqueológicos. Solo una línea, vidrio y protección solar para los usuarios de la zona. Un lugar de encuentro en un espacio urbano de considerables dimensiones es siempre necesario.

 “algunas fases del trabajo van a suponer variaciones en las direcciones del tráfico de la zona”

Respecto a la idea de continuar el túnel hacia La Marina, ¿apuesta usted por finalizar primero un proyecto antes de iniciar el otro o cree que se podrían ejecutar a un tiempo?

Yo creo que en cuanto a proyectos es necesario, cuanto antes, disponer del documento completo. Los ingenieros y las cuestiones de tráfico tienen en este caso un gran protagonismo, lo mismo que los estudios arqueológicos sobre la zona, que según las informaciones de que disponemos están muy avanzados. A partir de ese punto de partida, la ejecución de las obras dependerá, supongo, de las disponibilidades económicas y de cuestiones administrativas y organizativas. Tengamos en cuenta que la actuación en La Marina implica cuestiones de muy diversa índole y su impacto sobre el funcionamiento de la zona es superior al del área del Parrote.

¿Podría repetirse lo que pasó en O Parrote?

Esperemos que eso no suceda. De hecho las cosas se están haciendo para tener la máxima cantidad de datos posibles que permitan trabajar sin grandes sustos en el momento de abrir las tierras. No es previsible que eso pueda suceder.

¿Entiende que la muralla tenga que conservarse o no cree que su valor histórico así lo requiera? Porque en intervenciones públicas anteriores señaló que su relevancia no era importante ya que nunca se llegó a terminar de construir...

Siempre hemos estado a favor de la conservación de los restos, y personalmente siempre he defendido soluciones que resaltaban los restos utilizándolos como motor central de la actuación. Eso ha sido siempre así, nunca ha estado en discusión. Lo que se ha discutido y dialogado entre todos los implicados es cuál era el mejor modo de conservar esos restos. Se han estudiado muchas opciones, no todas, pero sí muchas, algunas más arriesgadas y quizás más vistosas, y otras más conformes a los usos y costumbres habituales para estos casos. Esta es la cuestión que se ha dirimido entre los expertos en la materia, teniendo en cuenta las circunstancias del contorno entre las que se encontraba la obra prevista del aparcamiento.

¿Está asegurado el fin de la obra para principios de 2014?

Los planes se trazan para que se cumplan, pero el hombre propone y Dios dispone. La voluntad de los responsables queda reflejada en los planes aprobados. Ahora lo que hay que hacer es confiar en que no se presenten imponderables que pongan en peligro los planes trazados.