La Vía Dolorosa del conductor son los 20 kilómetros de la N-VI que separan Guísamo y Perillo

La Vía Dolorosa del conductor son los 20 kilómetros de la N-VI que separan Guísamo y Perillo
Los trabajos que se están realizando en la carretera nacional N-VI, en Iñás, Perillo y Guísamo, provocan retenciones de tráfico como era previsible lo que en horas punta supone un desafío para la paciencia de los automovilistas

Sin ánimo de frivolizar con los sentimientos religiosos de nadie, lo cierto es que los conductores tienen en los 20 kilómetros de la vía nacional N-VI, que separan el núcleo de Guísamo, en Bergondo, con el de Perillo, en Oleiros, su particular Vía Dolorosa. Y es que circular por ese tramo puede llegar a suponer un verdadero ‘vía crucis’, dependiendo del momento en que se haga.


Tres obras, que fueron históricamente demandadas y casi otras tantas retrasadas, si no paralizadas, ahora coinciden en el tiempo poniendo en jaque la paciencia de los automovilistas.


Los proyectos son, por orden de inicio, la construcción de un túnel con su correspondiente glorieta superior en la zona de Solymar en Perillo; la conexión de la Vía Ártabra con la N-VI en Iñás y, por último, la decisión del Gobierno de dar inicio a la obra de una rotonda en el conocido como cruce de Ferrol.

 
El temple de los conductores aún podría verse más agredido si la administración competente hubiese ordenado también el comienzo de las obras de ampliación del puente de A Pasaxe.


Un extremo este que el propio alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, dijo que no sería muy soportable ni para los vecinos de la zona ni, por supuesto, para los que atraviesan Perillo en coche en horas punta.

 

 

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Amortiguar el problema


No obstante, existe una alternativa que aunque no soluciona el problema al que se enfrenta un conductor ante las kilométricas colas en su integridad, sí lo amortigua.


Y es el propio regidor oleirense el que en repetidas ocasiones invitó a llevarla a la práctica. Una vez que se alcanza la intersección de la Ártabra con la N-VI optar por la primera, utilizarla para llegar a la parroquia de Oleiros, en concreto al lugar de A Covada, y después por la AC-174 tomar dirección Perillo, por Montrove.


Esto supone evitar los trabajos de Iñás y Perillo, aunque es inevitable enfrentarse a los de Guísamo. Siempre y cuando sea absolutamente necesario transitar por la parroquia bergondesa.


Las obras en Perillo se encuentran en su tercera fase y se centran consisten en la finalización de la reposición de la totalidad de los servicios afectados situados en la margen izquierda de la carretera N-VI, fundamentalmente los servicios municipales de saneamiento y pluviales, y el comienzo de la ejecución de los muros pantalla de pilotes en dicha margen izquierda.


Por su parte, en Iñás ahora la Xunta pretende finalizar el entronque entre ambas vías de alta capacidad y después paralizará los trabajos hasta que los juzgados permitan que se continúe con la conexión con la autovía AP-9.


Finalmente en Guísamo, todavía se encuentra en la fase de desmonte y los cálculos más optimistas apuntan a que no estarán finalizados los trabajos hasta dentro de 24 meses. 

La Vía Dolorosa del conductor son los 20 kilómetros de la N-VI que separan Guísamo y Perillo

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