Aranga entierra con dignidad a 21 represaliados en 1936 en Vilarraso

Aranga entierra con dignidad a 21 represaliados en 1936 en Vilarraso
Una placa compartida en una tumba en el suelo del cementerio los recordará para siempre | Quintana

El “Pozo da Castellana” sigue siendo para muchos vecinos de la comarca uno de los símbolos de la atrocidad infligida a partir de 1936 en los entornos de Betanzos y A Coruña. Cientos de víctimas asesinadas en un mismo área que, en algunos casos, acabarían enterrando en el mismo municipio y que, ochenta años después, tienen su “acto de dignificación” organizado por la Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo.


El viernes, fue en San Vicente de Fervenzas donde realizaron las inhumaciones de los quince represaliados en 1946. Entre ellos, José Doldán Don, Marcelio Rodríguez Fernández y Lisardo Feijoo, y posiblemente Francisca Latas, quien dio cobijo a los tres hombres, asaltados y asesinados en el pajar donde descansaban en Aranga. Este sábado, la emoción se trasladó a San Lourenzo de Vilarraso para dignificar e inhumar a otros 21 ciudadanos, asesinados a partir del verano de 1936. Allí, con la colaboración de la Diputación de A Coruña, representantada pro Bernardo Fernández Piñeiro en el acto; de la FEMP, y del Ministerio da Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, los honraron con poesía y lírica creadas para la ocasión, y con la música especialmente creada para el evento por Os Valuros.


“Con nuestros corazones y todo el respeto, llenos de alegría por darles a estos demócratas republicanos, su descanso en paz, y dignificar su lucha por la libertad, que fue por lo que perdieron sus vidas a manos de los genocidas”, explicaron desde la Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo.


Una tumba en el suelo del camposanto los recuerda para siempre, de la misma manera que a los enterrados en Fervenzas.


Este domingo, día 8 de mayo, los actos se trasladan a Santa María de Lagostelle, en Guitiriz. En otra provincia pero en el mismo área de acción, donde el horror y el miedo marcaron durante decenios de los vecinos a los que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen recordando y sintiendo el miedo impuesto por la Dictadura de Franco.


El respeto con el que los asistentes siguieron la inhumación, el silencio solo interrumpido por la música de homenaje, se fundieron con las flores y las banderas, tanto la tricolor de la República como de la Galicia.


Los responsables de la asociación agradecieron el apoyo en todo este tiempo de las instituciones de A Coruña.

Aranga entierra con dignidad a 21 represaliados en 1936 en Vilarraso

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