La alerta meteorológica reduce a 'mínimos' la Feira de Aninovo en Betanzos

Las mismas escenas de todos los años en la García Irmáns. El agua y el viento restaron comerciantes y ambulantes –algunos se instalaron pero abandonaron antes de media mañana– y también muchos visitantes a la Feira de Aninovo en Betanzos, pero los que acudieron se ciñeron al ‘dress code’ establecido, que solo alteraron para cambiar ‘stilettos’ por zapatillas de casa, el artículo más vendido en este mercado ‘evolucionado’ en que se ha convertido el del día 1 de enero en la capital de As Mariñas. "E se chove, que chova!", ríen a carcajadas ante un mostrador de zapatillas, al pie de la estatua de Juan y Jesús.

Ellos y ellas alargan la noche para poner la nota de color a una cita que, al menos esta vez, no consiguió volver a los números anteriores a la crisis del covid-19.

Los vendedores, más que acostumbrados a esta singular y animada clientela, reconocen que la alerta meteorológica y la situación económica restaron afluencia en este 2023. También es menor el ruido en O Campo. Un aspecto en el que insistían especialmente los vecinos de este entorno y del casco histórico de la ciudad: "Demasiado silencio para ser la Feria de Año Nuevo". Más silencio, pero las mismas tradición y extravagancia, e idénticas estampas surrealistas de cada 1 de enero en Betanzos.

El Ayuntamiento de Betanzos, que la víspera decidió seguir adelante con la San Silvestre Betanceira, activó un dispositivo especial de circulación y seguridad que se cerró sin incidentes y con la sensación de que, como los hábitos de consumo y las técnicas de venta, la Feira de Aninovo también está cambiando y distan cada vez más de las de los 90. Entonces, la estrella, la excusa para alargar la noche hasta el mediodía, era el chocolate con churros, pero incluso eso se ha modificado porque ahora las que triunfan son las zapatillas y, entre los más osados, también los animales, que suben a comprar a Bellavista. 