Los concellos ribereños de la zona norte estarían de suerte si hubiesen contratado socorristas por días de sol. Lo más seguro es que se hubiesen ahorrado una pasta en sueldos. Pero fuera de la broma climática, lo cierto es que hacen falta socorristas en las playas para dar seguridad a los bañistas, sobre todo cuando los escasos días de sol de la zona originan una avalancha de usuarios a los arenales. Solo los concellos importantes cuentan con este servicio, el resto, nada de nada. Únicamente la vigilancia del conjunto de bañistas y la precaución de éstos impide que haya desastres en los arenales gallegos.