Siempre somos capaces de causar algo peor

A los que creían que esos avisos de ‘que viene el lobo’ eran fruto de ese puntito conspiranoico que tienen los presidentes estadounidenses tienen que asumir que, lamentablemente, les falló la intuición y los que se pusieron en plan analista televisivo y argumentaron ante todo el que quiso escuchar que Putin solo buscaba mover los mercados y ganar dinero y que no había riesgo real de guerra mejor que se queden callados un par de días. Ya no hay elucubraciones, hay bombas, miedo y previsiones sobre el número de muertos y refugiados que va a dejar el conflicto. Y, flotando sobre todo esto, la incertidumbre de cuánto tardará España en sumarse a la contienda y el temor de que estemos ante el inicio de una Tercera Guerra Mundial, de nuevo con los mismos bandos, que no han aprendido nada de todo el sufrimiento pasado. Parece que la pandemia del coronavirus no era lo peor que nos podía pasar, siempre somos capaces de provocar algo más terrible.

Siempre somos capaces de causar algo peor

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