nos consta que en nuestra amada Galicia estamos bastante henchidos de orgullo y satisfacción por que nos hayan pedido con tanta vehemencia a nuestro director de orquesta patrio para que intente dirigir en el futuro -futuro ignoto, por supuesto- nuestro destino y el del resto de los españoles. Seamos o no de su cuerda, a todos nos gusta presumir de que tenemos algo que los demás ansían por su valor -inmaterial- y capacidad contrastada.
Hay que reconocer que el Sr. Feijóo, aunque no sea tan guapo como el Sr. Sánchez -lo siento, pero las verdades…- tiene un saber estar, un carisma y un “queseyó” que transmite muy bien incluso a sus detractores. Peeero… Últimamente se le debe de estar pegando algo del clima político estatal ―eso de la crispación y tal― que ya le está cambiando el “queseyó”. ¿Ustedes no se lo están notando? ¡Sigue ejerciendo de gallego, neno, que molas muchísimo más!