La desinformación es una arma básica en cualquier conflicto, que lo mismo te da un argumento para atacar que confunde al rival. O incluso lo desmoraliza. En torno a Rusia y Ucrania la velocidad de lanzamiento de bulos –hasta que se demuestre lo contrario– es tal que si llega a estallar la guerra real vamos a chasquear la lengua y decir ‘no te lo crees ni tú’ y seguir como si nada. Claro que eso es porque a nosotros todavía nos pilla lejos la contienda. Como lo de esa supuesta lista negra de ciudadanos ucranianos a los que Rusia estaría buscando para ser asesinados o enviados a campamentos tras una ocupación militar. El Kremlin ha dicho que es absolutamente falso, pero, ante la duda, seguro que más de uno está haciendo la maleta. foTO: Putin, con cara de pocos amigos | EFE