La ciudad (en los meses de verano) no es para mí

La ciudad (en los meses de verano) no es para mí
El aparcamiento ya no es un problema | AEC

Cual Paco Martínez Soria del siglo XXI, los coruñeses proclaman eso de “la ciudad no es para mí” en sus redes sociales a través de fotos en chiringuitos de playa lejos del asfalto y comentarios sobre las maravillas del rural. Es lo bueno de esta tierra, que por cara que esté la gasolina, malo será que no le den a uno las cuentas para llenar el depósito lo justo para llegar a la aldea, que es lo más parecido al paraíso que muchos conocen. Con su aire puro, su verdor, sus rincones de postal, su campo da festa y su sesión vermú. De los manjares no hace falta ni hablar. Normal que en cuanto se les presente la oportunidad hagan la maleta y emprendan camino sin mirar atrás. Y si consiguen apañar con el teletrabajo, hasta septiembre no necesitan pisar la urbe. Los que no tienen esa posibilidad, ni la del teletrabajo ni la de la aldea, al menos se consuelan con encontrar aparcamiento a la primera, no tener que emprenderla a codazos para conseguir un hueco en la barra del bar y olvidarse por un tiempo de la cola del super. Algo es algo. 

La ciudad (en los meses de verano) no es para mí

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