Una buena vecina

Una buena vecina
Emplazamiento del futuro parque, entre la rúa Mar y la rúa da Poza, en la parroquia de Dorneda

Que se tenga mucho dinero no implica necesariamente ser generoso. Casi más bien diríamos que al contrario. No se sabe por qué, pero cuanto más se tiene más se quiere. Vamos a ver, ¿cuánto más feliz puede ser una persona si en vez de tener 10 mil millones de euros tiene 20 mil? ¿El doble de feliz? Hm... Difícilmente cuantificable y muuuy cuestionable. Ya sabemos que a Sandra Ortega -la menos mediática de las hermanas- regalar un terreno en el que podía haber construido 88 viviendas le representa un menoscabo económico mucho menor que a un mortal común y corriente comprarse una bicicleta, pero eso no le resta un ápice de bonhomía ni de generosidad para con sus vecinos, porque hay muchos más muchimillonarios y no sueltan ni una perra gorda. Además, seguro que le hace muchísimo más feliz ver a tanta gente disfrutando en él que añadirle unos ceros a su cuenta bancaria. El ser una millonaria no mediática -no ha querido ni aparecer en la presentación del proyecto- no quiere decir que no hagas nada por el prójimo. ¡Ole tu gracia!

Una buena vecina

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