Una transformación como la que supuso la llegada del ferrocarril

En marzo de este mismo año, unos días después del anuncio de fusión realizado por Núñez Feijóo en O Hórreo, los alcaldes de Oza dos Ríos y Cesuras reconocían a El Ideal Gallego que “lo del Sanatorio es un tema de Patrimonio, y llevará su tiempo”. Pero este “matrimonio” parece haber conseguido, incluso, que se acorten los tiempos y, si llega a fraguar la unión municipal, se haría realidad la construcción de un centro de día en la Finca do Sanatorio de Cesuras.

Un proyecto que, según la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, quien también acudió a la cita de Santaia, “estaría contemplado en los Presupuestos Autonómicos de la Xunta para 2014”. El plan implicaría, además de la construcción de un centro asistencial, la restauración del emblemático inmueble, un diseño del arquitecto Rafael González Villar, y la recuperación ambiental del total de la Finca do Sanatorio.

Con estas “ofrendas”, al alcalde Julián Lucas no le cabe duda de que la fusión traerá “una transformación económica y social equiparable a la de la llegada del ferrocarril a principios del XX”.

Para el máximo responsable local, “nunca los vecinos de Cesuras han tenido la posibilidad de tomar una decisión de tan profunda repercusión para sus vidas, las de sus hijos y las de sus nietos”.

Lucas sostiene que su ayuntamiento tiene que elegir entre dos alternativas: dar un paso adelante, que para él es la más difícil, “o no hacer nada y esperar”, que considera “la más fácil”.

 

Números > Desde 1950, Cesuras ha perdido el 75% de su población. De los 6.408 habitantes que tenía entonces a los 2.225 de 2011. A estos datos, el primer edil añade que “el 83,02% de esos vecinos tiene más de 40 años”, al tiempo que advierte de que, si se analizan las cifras correspondientes a los nacimientos, “entonces ya saltan todas las alarmas” Entre 2009 y 2010 nacieron tres niños. Ninguno en 2011 y 2012.

La última palabra la tienen los ciudadanos, y en Cesuras, de momento, esta no parece unánime. En un extremo lo que la rechazan, y en el otro los que reconocen las ventajas de sumar, pero cuestionan el modo y apuesta por una mancomunidad de servicios que, según comentan, no implica una pérdida de identidad. Ya lo ha dicho el alcalde para finalizar su discurso: “La decisión es de todos y cada uno de los vecinos”.

 

Una transformación como la que supuso la llegada del ferrocarril

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