Reportaje de lucía tenreiro
En 1940, un año después del último parte de la Guerra Civil, el área coruñesa se volcó con la celebración de sus fiestas patronales. En Sada, los marineros echaron el resto para rendir homenaje a su patrona, la Virgen del Carmen. La procesión por la bahía citó decenas de embarcaciones y cientos de personas que, sin querer, fueron testigos de cargo del naufragio del Alegre.
El vapor zarpó desde Pontedeume con un centenar de hombres y mujeres para participar en la comitiva marítima, pero nunca llegó al Puerto de Fontán. Encalló en Pena Pulgueira, a menos de un kilómetro de los muelles, para horror de quienes, a esa hora, contemplaban el desfile de los barcos desde tierra . El Alegre volcó y todos sus pasajeros cayeron a la Ría de Betanzos. Un grupo de marineros de Sada, sin dudarlo, arriesgó su vida para salvarlos.
El rescate ocupó un lugar destacado en las crónicas de la época y los héroes, alguno de ellos todavía vivo, corroboraron el valor y la solidaridad del pueblo sadense.
Unas tres semanas después, el pleno de la corporación, en sesión urgente y extraordinaria, aprobó una declaración institucional en memoria de las víctimas, los tres vecinos de la Comarca do Eume a los que no fue posible salvar, y en reconocimiento al coraje de quienes se lanzaron al agua arriesgando sus vidas para ayudar a los ocupantes del vapor hundido.
Los actuales representantes municipales han querido continuar el gesto de gratitud iniciado por sus predecesores y dedicar una calle del casco urbano a los Heroes do Vapor Alegre, entre las avenidas de Pose y de Xoán Vicente Viqueira López-Cortón.
El alza demográfica del último siglo ha provocado cambios en la localidad, pero no sólo en sus calles, sino en la bahía y en toda la fachada marítima. La Pena Pulgueira ha desaparecido volado, y nunca en un sentido más literal y, aunque todavía son muchos los que recuerdan el pequeño faro que la coronaba, e incluso las travesuras infantiles que a más de uno lo llevó a tomar A Pulgueira como si de Cochinos se tratase, los más jóvenes desconocen su existencia. Quizá, hasta la fecha, tampoco sabían de los Héroes del Alegre. Ahora sí. Tienen una calle.