sada - Patrimonio exige algunas correcciones en la memoria arqueológica de Fontán

sada - Patrimonio exige algunas correcciones en la memoria arqueológica de Fontán
El Ideal Gallego-2014-02-13-021-27173538

Parece complicado aceptar que unos trabajos arqueológicos realizados hace más de seis años estén todavía de actualidad. Lo del Castillo de Fontán ha supuesto un capítulo entero en la historia del mandato de Ernesto Anido, al que aún le restan 15 meses y que a buen seguro escribirá algún que otro anexo, epílogo o, en función de lo que quede, simplemente una pequeña contraportada.
Aquellos trabajos, realizados por el arqueólogo Antón Fernández Malde, están dando mucho de sí y unos cuantos cruces de declaraciones entre el gobierno local, la oposición –fundamentalmente el grupo municipal del BNG– y el propio encargado de llevar a cabo la excavación, aunque este no quiere entrar en aspectos que vayan más allá de defender su trabajo y ensalzar el “valioso” patrimonio que se encontró en Fontán en 2007.
Ahora, la Dirección Xeral de Patrimonio ha solicitado a Fernández Malde que corrija algunos errores en la memoria presentada en su día. Algo que el arqueólogo restó ayer importancia por tratarse, dijo, de “errores menores de forma” que ya están subsanados. En este sentido, el encargado de los trabajos señaló que lo que ahora se le reclama desde Patrimonio “no afecta a la protección” de las ruinas de Fontán, por lo que esto no supone más que un mero trámite.
Fernández Malde, quien hace apenas tres semanas ofreció en un local de Sada una charla sobre lo que supuso aquella excavación, niega asimismo que desde la Xunta le hayan instado a corregir nada relacionado con unas dovelas que se encuentran en el espigón, fuera del ámbito objeto de la actuación de 2007.

inspección
Por su parte, el Ayuntamiento señala que, de lo aportado por el arqueólogo “no se desprendía el hallazgo de piedras procedentes del castillo en la zona del espigón”, algo que, tras analizar las alegaciones presentadas por algunos vecinos de Fontán al Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), les puso en conocimiento de que esto podía existir.
En este sentido, los vecinos “advertían de que habían sido informados por el arqueólogo director de la excavación de que varias dovelas pertenecientes a un arco del castillo que se encuentran en la parte posterior de la cetárea”, tal y como señala el consistorio, que reconoció no haber dado “credibilidad” a esa posibilidad en un principio. No lo hizo, explican, porque “de ser cierto, las dovelas habrían sido recuperadas por el propio arqueólogo en 2007, depositadas en el Museo Arqueológico Provincial y se recogería su existencia en la memoria de la excavación”. Además, ante esto, el gobierno local encargó al aparejador municipal una inspección de la zona y este “localizó las dos piedras” y pidió un peritaje arqueológico de las mismas.
Fernández Malde replicó a este respecto que las dovelas están ubicadas en un sitio que no se incluía en la primera fase del proyecto, que es la que se llevó a cabo, sino en la segunda, la de la consolidación, que no se desarrolló por problemas con la subvención que la hubiera hecho posible. n

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