11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
Un vecino de Sada, residente en el lugar de O Castro, fue denunciado por un conocido por practicar la venta de perros suplantando su identidad. El infractor, además, lo hacía sin licencia y carecía asimismo de los documentos de vacunación oficiales, por lo que el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) inició las diligencias correspondientes por “diversas irregularidades” en la tenencia de estos animales.
Los hechos comenzaron el pasado 31 de enero, cuando el denunciado realizó el envío de un perro de raza Setter inglés a Barcelona a través de la empresa MRW. En ese envío, suplantó la identidad de un conocido, a cuyo nombre remitió igualmente un documento de vacunación que no poseía el carácter oficial.
Una semana después, la citada empresa de envíos –concretamente su oficina situada en O Temple, en Cambre– recibió de vuelta al animal. En un primer momento, se intentó localizar a este vecino de O Castro, un joven de 26 años, y al no ser posible, se avisó a la persona a la que estaba suplantando la identidad y cuyo nombre figuraba en la documentación. Este dijo que no era el responsable y que, además, no era el dueño del perro en cuestión, por lo que su siguiente paso fue denunciarlo ante el Seprona.
En dicha denuncia, realizada el 8 de febrero –fecha en la que se inician las diligencias de la Guardia Civil–, explica que el día anterior había recibido la llamada de MRW informándole que debía pasar a recoger ese perro setter inglés ya que, tal y como figuraba en la documentación, estaba a su nombre.
sin datos veterinarios
Entonces, esta persona, que reconoció posteriormente conocer al vecino de Sada que se había hecho pasar por él, se presentó en la oficina de O Temple para comprobar lo que le habían dicho por teléfono. Allí pudo ver que en la copia del certificado sanitario canino no figuraban ni siquiera los datos veterinarios que certificaran la identidad del perro. No obstante, al insistir en que el animal no era suyo y advertir de que se pondría en contacto con el Seprona, les recomendó a los responsables de la oficina de envíos que mandaran al setter inglés a una perrera, ya que desconocía su origen.
Es más, aquel día recibe también la llamada del destinatario del perro en Barcelona, que le pregunta por el animal para saber si va a recibir lo que realmente había comprado en un principio y, al conocer la verdadera historia, aseguró sentirse engañado.
interrogatorio
La persona denunciada aseguró, durante la visita del Seprona a su domicilio para interrogarle por los hechos acontecidos, que lo de suplantar la identidad de este conocido lo hizo como venganza por unos agravios que no quiso explicar.
Asimismo, indicó que el residente en Barcelona que recibió el perro, se había puesto en contacto con él para decirle que el perro no valía para la caza, por lo que se lo devolvía.
