SADA - Cuando aprobar algo por unanimidad es de todo menos una postura unánime

SADA - Cuando aprobar algo por unanimidad  es de todo menos una postura unánime
el pleno se celebró ayer por la mañana con la ausencia de algunos concejales javier alborés

El salón de plenos del edificio de Ayudantía está poco acostumbrado a presenciar la aprobación de un punto por unanimidad. Se ha convertido en una práctica muy poco habitual que, cuando se produce, se celebra como un gran acontecimiento. “Para una vez que estamos de acuerdo...”, llegó a decir el alcalde, Ernesto Anido, durante una intervención de su principal opositor, el portavoz del BNG y exrregidor, Abel López Soto.
Son ellos, los propios concejales, las 17 personas elegidas por los sadenses para representarles, los primeros sorprendidos cuando algo de esto sucede. Cuando, por decirlo de alguna manera, se saltan el guion y suman todos los votos en la misma dirección.
Eso es lo que pasó en la mañana de ayer. El inicio del expediente para rescatar el derecho de superficie de la cafetería El Náutico salió a escena y el resultado final fue que sí, que todos estaban de acuerdo. Que todos abogaban por iniciar ese expediente. Que todos querían que, en el futuro, ese edificio se pusiera al servicio de los sadenses. Que se reponga la legalidad urbanística en la zona. Unanimidad, por tanto.
Lo que se debatió en medio, sin embargo, no fue tan unánime. Reproches de un lado y de otro. Tú no hiciste esto. Pero es que tú hiciste menos. Ya, pero la culpa es tuya, que generaste esta situación hace muchos años. Pues anda que irte ahora a la prehistoria. Qué manía con las referencias al pasado. Y así sucesivamente. Hablaba uno, contestaba el de enfrente.
Lo importante, que se cumplen los requisitos necesarios que permitirán iniciar el citado expediente para dar una solución a un problema que ya dura en Sada más de 25 años. Un cuarto de siglo, que se dice pronto.

ayuda en el hogar
Otro viejo problema –aunque no tanto, por supuesto–, es el del servicio de ayuda en el hogar. La empresa concesionaria contratada por el anterior gobierno local, Galicia Saudade-Xentes, vio cómo se le rescindía el contrato por incumplimiento del mismo en cuanto a los pagos a las trabajadoras. Aquí, el Ayuntamiento pretendía cambiar el modelo de gestión y que resulte así más atractivo para las empresas que opten a desempeñarlo.
Quizás por desconocer que este punto se trataría en el pleno, las que fueran empleadas de esta empresa –y desde hace meses en el paro a la espera de si alguien las subroga– no acudieron al salón de sesiones como en alguna otra ocasión. Una pena, porque este escenario se había convertido en las últimas citas en un lugar para reivindicarse. El albergue, el hotel, los colegios o la propia ayuda a domicilio fueron problemas que se vivieron en el estrado y en la grada. n

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