En los últimos años, vecinos de San Mamede, en la parroquia padernesa de San Xulián de Vigo, desarrollaron una importante tarea de documentación y creatividad para recuperar una manera tradicional de celebrar el Carnaval. El Entroido de Samede, célebre antes de “desaparecer” en los 60, volvió a echar a al calle a “bonitos”, “contrarios” y “vixigueiros” y a poner en el mapa “entroideiro” la comarca de Betanzos.
Las cuatro de febrero y esta semana y media de marzo han sido semanas de ajetetro y alboroto en casi todas las casas del núcleo, cuidadosamente engalanado para volver a celebrar el Entroido de Samede, “perdido” en 1961 por la despoblación del rural y la amenaza de excomunión de un párroco “obsesionado” con los excesos de Don Carnal. Pero al fin llegó el Domingo de Piñata. El Entroido Grande de Samede.
Un centenar de personas siguió las celebraciones pese a la constante lluvia, que paró justo a tiempo para empezar a las 12.30 con la “muiñeira cruzada” tipica del Luns de Entroido, que los vecinso consiguieron volver a interpretar en 2016 después de más de cuatro decenios de “silencio”, gracias a la colaboración de la Asociación Son d’Aquí.
Niños
En esta ocasión, como novedad, varios niños de la aldea bailaron acompañados de varios “bonitos” para entrenarse en una tradición que los está llevando por medio mundo, pues cada vez son más las ciudades y muestras etnográficas, incluso portuguesas, que solicitan su presencia como modelos de “Entroido Tradicional”, de los que apenas quedan en la provincia de A Coruña.
No en vano, en los niños está también el origen de esta recuperación pues, por encargo de la escuela y animados por la curiosidad de una madre, bucearon en los recuerdos de quienes vivieron aquellas celebraciones, las extrañaron y a punto estuvieron de olvidarlas sin vuelta atrás en Vigo.
Los “bonitos”, que son los que bailan, estuvieron precedidos por la bajada de los “vixigueiros”, quedeben su denominación a que en sus manos, o colgadas de un palo, llevan “vixigas de vaca ou porco”, para hacer rúido y azuzar a quienes no vistan como manda la tradición, y los “contrarios”, que se concentraron alrededor de la capilla de San Mamede.
Tras las danzas, llegó el momento de enterrar al Policarpio, no sin antes leer su irónico testamento, que provocó las carcajadas de quienes se desplazaron hasta San Xulián de Vigo.
Este particular personaje, que algunos vinculan con un antiguo prestamista betanceiro, preside las celebraciones desde hace un mes, cuando lo colgaron en lo alto de un tronco de eucalipto de unos doce metros para anunciar la cita a todo Paderne. Una especie de espantapájaros al que primero juzgaron y condenaron, y después lloraron y enterraron con el Entroido 2019 para recibir la Cuaresma.