Reportaje | El sabor que devuelve a la parroquia de Lañas al año cero

Reportaje | El sabor que devuelve 
a la parroquia de Lañas al año cero
El público disfrutó del tradicional binomio de roscón con queso del país | patricia g. fraga

No estamos en Reyes, pero en Lañas (Arteixo) se come roscón en cualquier época del año. Allí lo hacen al estilo tradicional, el de toda la vida, y es un manjar conocido en toda la comarca coruñesa. Un postre “auténtico” que solía servirse antiguamente en las casas los días de las fiestas locales. Vecinos y visitantes se reunieron otra vez en Lañas para celebrar la tradicional Festa do Roscón, que ya suma catorce ediciones y que congrega cada año a cientos de personas. El Dúo Diamante hizo doblete y actuó el sábado por la noche y ayer para la sesión vermú, dos jornadas en las que panaderos locales ofrecieron este dulce al público que se enfrentó al tiempo tormentoso.

Pese a todo, la tradición no vive sus mejores tiempos. De hecho, la iniciativa de la feria del roscón partió de los vecinos, cuando se dieron cuenta de que las panaderías, que antes eran un negocio en expansión, iban desapareciendo. Ahora, en la parroquia solo queda la de Agustín Fernández porque dos vecinos que antes tenían sus negocios en Lañas los trasladaron. Víctor a Cambre y Mari a Pastoriza,

Hoy en día, son estas panaderías profesionales las encargadas de mantener viva la tradición llenando los estómagos de los vecinos. La receta ancestral de este postre, reúne todavía a muchos amantes de la gastronomía gallega. Todos los que se acercaron por la explanada pudieron degustar de forma gratuita el producto en cuestión, además del inevitable acompañamiento de queso. También hubo pulpo: el sábado se celebró a las nueve y media de la noche una gran pulpada en la que se pudo degustar un menú a base de pulpo, vino, postre y chupitos.

Pero, por encima de todo, está el roscón. Los de Lañas están convencidos de que el suyo es superior incluso al que es tradicional del día de Reyes porque “se vende todo o ano”. Es el postre de siempre, el sabor de antaño aunque esté recién hecho, el que convierte las cocinas de leña en máquinas del tiempo.

Los científicos aseguran que es el sabor y el olor lo que despierta más recuerdos en el cerebro, así que degustar el roscón es volver atrás, a otra época más auténtica. Lo de siempre, contrapuesto a lo de ahora. Nadie sabe cuándo empezó a elaborarse el roscón, si en el siglo pasado o en el anterior. En el fondo, marca el año cero del calendario de Lañas.

Reportaje | El sabor que devuelve a la parroquia de Lañas al año cero

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