Reportaje | Cambre demuestra su potencial en los premios Mestre Mateo

Reportaje | Cambre demuestra su potencial en los premios Mestre Mateo
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Cambre ha tenido últimamente muchos escarceos con el cine, desde el rodaje de la película “Todo é silencio”, de José Luis Cuerda, hasta aquella “Agallas” que utilizó como escenario la extinta discoteca El Bosque. El sector audiovisual tiene en el municipio parte de su cantera y prueba de ello son Lucía Catoira Pan y David Saborido, candidatos a los premios Mestre Mateo.
La primera, treintañera natural de Meixigo, opta al galardón de Mejor Dirección de Fotografía por la película “Dhogs”, de Andrés Goteira, llamada a ser la gran triunfadora de la noche del 3 de marzo con sus 17 nominaciones. Lucía Catoira se inició en Bellas Artes “porque de pequeña tenía muchas habilidades artísticas”, pero su amor por el cine la llevó a decantarse por el audiovisual y a estudiar más tarde en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (Escac).
Es la primera vez que es candidata “personalmente”, pero ha participado en otros proyectos ganadores. “Me hace mucha ilusión, especialmente por esta película, un proyecto con bajo presupuesto y un equipo muy familiar que ha tenido una gran acogida”, indica Lucía Catoira, quien recuerda que “Dhogs” se grabó “en fases, según se iba consiguiendo financiación”. 
Alega que es difícil vivir del audiovisual y que siempre lo ha compaginado con otros trabajos, pero desde hace más de un año se dedica exclusivamente al sector –no solo cine, sino también publicidad, fotografía comercial y videoclips– y “van saliendo cosas”. “Por suerte, nuestro idioma y cultura propician mucha producción propia y eso es una maravilla”, apunta la joven, que también forma parte del documental “Matria” y el anuncio “Imposible sen ti”–candidatos en los premios– y acaba de terminar la posproducción de su segunda película, “Trote”, de Xacio Baño.

Pasión por la animación
David Saborido (O Temple, 1981) creció, como tantos otros niños de los ochenta, marcado por la televisión y los dibujos. La serie “Dragon Ball Z” plantó la semilla de su pasión por la animación y en 2016 se llevó el Mestre Mateo al mejor corto de animación por “O terceiro porco”. Ahora, repite en esa misma categoría con “Galesauros”, una idea que surgió en una de las actividades del colectivo de animación Ánimas Anónimas.
“Lo fundamos unos cuantos amigos y amantes de la animación, es un colectivo sin ánimo de lucro que está teniendo cada vez más acogida. Hacemos cada mes el Reto McGuffin, en el que los creadores tenemos que elaborar proyectos animados con diversos requisitos que acordamos en asamblea y los presentamos después ante nuestros compañeros”, dice Saborido, quien afirma que el colectivo nació, en parte, “porque la salida profesional de este sector es complicada”.
En “Galesauros”, David tuvo que cumplir tres normas: que hubiera dinosaurios, que hablase del folclore gallego y que saliera Nicholas Cage –en la versión que presentó a la Academia Galega do Audiovisual cambia a Cage por Xosé Antonio Touriñán–. Además, intercala una crítica sobre el tema de los derechos de autor.  Reconoce que recibió buenas críticas de sus compañeros y que Tomás y Virginia, de Algarabía Animación, lo animaron a presentar la pieza a festivales, después de unas mejoras artísticas en las que contó con la ayuda de Mar Vieites, Sebastián Quirós y Belén Torrado. “Lo presenté sin ínfulas ningunas y no esperaba que me nominaran a los Mestre Mateo, de hecho creo que la ganadora va a ser Silvia Carpizo”, dice. l

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