Regeneración natural con miedo a que la propia naturaleza desande el camino

Regeneración natural con miedo a que  la propia naturaleza desande el camino
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La playa de San Pedro, situada en la parroquia sadense de Veigue, ya tiene otro aspecto, después de que la propia naturaleza se haya encargado de regenerar la arena que en su día se comió.
Los temporales es lo que tienen. Que erosionan, destrozan, tragan... Muchas veces imprevisibles. Otras, no tanto. Y cuando vienen, en lugares como el arenal de San Pedro, poco se puede hacer.
¿Medidas preventivas? No. Así de rotundo se muestra el alcalde, Ernesto Anido, al ser preguntado a este respecto. “No se puede hacer nada”, añade el regidor. Es una playa abierta que, cuando la marea está alta... se acabó la playa. Como si no existiera. Solo rocas.
Es por tanto un arenal muy castigado por los temporales debido a su ubicación. Todos los años pasa lo mismo, aunque el último se llevó la palma. El invierno de 2014 fue especialmente duro con esta playa, que ha necesitado la realización de diversos trabajos –incluso en mitad del verano– para poder acondicionarla de cara al turismo, que no es poco.
Hay que recordar que, además de los vecinos de la propia parroquia de Veigue y de todos aquellos que, cautivados por este arenal, son asiduos del mismo en cada época estival, se suman los que pernoctan en el camping, a escasos metros.
Quizás porque vive principalmente de eso, el camping fue el más afectado por las poco cariñosas visitas de los temporales del pasado invierno. Así, la limpieza y la eliminación del canto rodado llegado a San Pedro por parte del Ayuntamiento hace unos meses, se esperaba como agua de mayo por parte de los responsables del negocio.

paciencia
El Ayuntamiento, visto lo visto hace un año, con una sucesión de temporales que parecían no querer dar un respiro a esta playa de Veigue, pidió a Demarcación de Costas una actuación para reponer la arena que el mar se había llevado.
La respuesta fue simple: “paciencia”. Sabían que la naturaleza suele devolver en estos casos lo que se ha llevado. Y así ha sido. En el Ayuntamiento se muestran optimistas con que esto sea el “arreglo” –natural– de una de las playas más visitadas de Sada, pero no ponen la mano en el fuego por un nuevo y desagradable regalo del mar.
De hecho, la alerta que durante estos días sacude a gran parte de la costa gallega –con un importante nivel de peligro en la provincia coruñesa– podría poner en suspenso todo lo que se ha conseguido hasta ahora.
Es decir, que leyendo estas líneas, tras padecer la fuerza del mar durante la madrugada, estas queden, nunca mejor dicho, en papel mojado.

Regeneración natural con miedo a que la propia naturaleza desande el camino

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