El porqué del retraso de la obra del palco de González Villar

El porqué del retraso de la obra del palco de González Villar

Más de un año cubierto por los andamios y sin avances evidentes para quienes, día tras día,  transitan entre A Porta da Vila, el cantón de Claudino Pita y la plaza de García Irmáns. Transcurridos más de trece meses de la primera intervención, la rehabilitación del palco de la música, que los vecinos no dudan en comparar con las obras de El Escorial, ha entrado en su última fase, confirmaron desde el Ayuntamiento de Betanzos. “La idea es poder terminar en dos o tres meses”, indicó el alcalde, Ramón García Vázquez.  
Si bien la construcción inicial, en los primeros decenios del siglo pasado, se hizo interminable al prolongarse más de quince años, la dilación con la que se acometieron estas obras causó cierto malestar entre los residentes, inquietos con la imagen que ofrece a los visitantes un monumento de 1926 cubierto por las protecciones, asegurado por vigas metálicas y amparado de los curiosos que, día tras días, cuelan la cabeza entre las vallas para comprobar el avance del plan de restauración iniciado en 2015.
¿Por qué lleva tanto tiempo rehabilitar el palco diseñado por Rafael González Villar?  Los responsables municipales apuntan a la minuciosidad de determinadas actuaciones y, sobre todo, a que cada vez son menos los talleres que las realizan, en tanto no existe la maquinaría adecuada, como dobladoras, y cada pieza de sustitución debe acometerse manualmente siguiendo las líneas marcadas por el arquitecto coruñés en 1926. Además, la renovación de la estructura, incluidas las vigas, resultó especialmente complicada teniendo en cuenta la necesidad de un andamiaje específico para evitar “que se viniese todo abajo”, precisó García Vázquez. 
Porque, si bien el Ayuntamiento de Betanzos habla ahora de una última fase, superadas las de sustentación e instalación de la cúpula, y de obrar a “velocidad de crucero”, lo cierto es que llegó a temer por la estructura que, con el mobiliario, conforma una de las huellas más notorias del período modernista en Betanzos. Porque nada más comenzar la reforma, los técnicos comprobaron el grado de deterioro de la construcción, e inmediatamente elaboraron un informe para advertir de que la situación sobrevenida “implica tomar decisións técnicas imprescindibles aínda que non estiveran contempladas en proxecto”,  obligando a tramitar una actuación suplementaria y asumir su coste –estimado en unos 38.000 euros– por la imposibilidad técnica y legal de que la Diputación de A Coruña amplíe la aportación prevista –84.000 de un total de 104.000.
 

El porqué del retraso de la obra del palco de González Villar

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