12º-17º
lunes | 13 mayo | 2024
En unas semanas en que todas las noticias giran en torno a lo mismo, a las polémicas, a los rifirrafes, a las críticas hacia el gobierno local y alianzas entre los grupos de la oposición para hacer la vida imposible al alcalde, Ernesto Anido, también hay buenas nuevas.
Es el caso del último informe hecho público por el denominado Programa de Vigilancia dependiente de la Consellería de Sanidade, en el que se han encargado de analizar la calidad de las aguas de las playas.
En Sada, cuatro de sus arenales han obtenido una calificación de “excelente”. Se trata de la playa Nueva, Arnela, en la parroquia de Carnoedo, San Pedro, en la de Veigue, y, por último, la de Morazón, una pequeña playa en el barrio de Fontán.
La clasificación realizada por el Gobierno autonómico es elaborada una vez que se ha realizado un muestreo de las aguas de las zonas del baño que se efectúa de manera periódica.
Este muestreo se lleva a cabo con un claro objetivo, que no es otro que el de “minimizar los riesgos de contraer enfermedades al bañarse”, como señalaba ayer el Ayuntamiento, que añadió que, además, se “busca identificar riesgos asociados, posibles vertidos y determinar la calidad de las aguas”.
reclamo turístico
Sin embargo, no cabe duda de que la gran preocupación no solo de este gobierno local, sino de los que le han precedido, es la situación de la playa de As Delicias, en pleno centro urbano y que, de encontrarse en buenas condiciones, sería un gran reclamo turístico para la localidad, ya que está ubicada a escasos metros de locales de hostelería, de la avenida principal, de una gran zona verde y de todos los servicios que ofrece la zona centro del municipio.
Esa preocupación, hay que recordar, se transformó en una solicitud, por parte del BNG hace ya algunos años –su portavoz entonces en el Congreso de los Diputados, Francisco Jorquera– para dotar de una partida del Ministerio de Medio Ambiente para lograr la regeneración de esta playa.
No obstante, esa cantidad, que se llegó a consignar por valor de 300.000 euros, no se llegó a ejecutar, por lo que hubo que buscar otras alternativas para estudiar la posibilidad de limpiar este arenal para convertirlo en uno de los mayores atractivos de Sada.
