Padres de Oza-Cesuras advierten de los malos accesos y la ausencia de aparcamiento en A Galiña Azul

Padres de Oza-Cesuras advierten 
de los malos accesos y la ausencia 
de aparcamiento en A Galiña Azul
El centro, moderno y funcional, se levantó en Mandaio Javier Alborés

Es uno de los símbolos de la primera unión de dos municipios en España. La escuela a la que cada día acuden más de una veintena de niños de Oza-Cesuras. Unas instalaciones modernas con capacidad para más de cuarenta alumnos que, para los padres, tiene un “pero”: los accesos y aparcamientos, casi inexistentes en el núcleo donde se levanta el centro, en el extinto Cesuras, a solo unos metros del límite con Oza dos Ríos.
Los afectados explican que, de momento, con los días de verano que han caracterizado estas primeras semanas de otoño, aún no se han registrado problemas importantes, pero que estos llegarán con las primeras lluvias “porque tenemos que andar un buen tramo desde donde aparcamos hasta la escuela y son niños de menos de tres años”, explica la madre de uno de los pequeños que asiste a diario a la Galiña Azul de Oza-Cesuras.
Los usuarios sostienen que en el exterior del centro, que cuentan con amplias áreas verdes, se dispusieron tres únicas plazas de estacionamiento y que estas se ocupan solo con el personal de la escuela, y que “o caminas un buen trozo con el niño en brazos o en la sillita, con todas sus cosas, o haces un montón de maniobras con el coche”, dicen antes de insistir en la necesidad de acometer algún tipo den intervención para forzar una salida al problema y, sobre todo, garantizar la seguridad de los menores que acuden en distintos horarios y tres aulas, de 0 a 1 año, de 1 a 2 años y de 2 a 3.

Pendiente
Una solución que, teniendo en cuenta la pendiente existente en uno de los laterales de la parcela, no se antoja nada fácil para los responsables del Ayuntamiento de Oza-Cesuras y de la Xunta. “Nosotros no sabemos de quién es competencia, solo queremos que comprueben que lo que estamos diciendo es cierto y que planteen una alternativa porque esto en invierno va a ser un caos”, reiteran las familias afectadas, casi 30.
Ubicada en el núcleo de Mangoño, en una parcela que Oza y Cesuras –aún no se habían fusionado– pusieron a disposición del Consorcio Galego de Igualdade e Benestar para construir allí una “escuela compartida”, las primeras previsiones apuntaron a una apertura en 2014, pero no se licitó hasta 2015.

Padres de Oza-Cesuras advierten de los malos accesos y la ausencia de aparcamiento en A Galiña Azul

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