Los planes de emergencia de O Rañal y Meicende condicionan su desarrollo

Los planes de emergencia de O Rañal  y Meicende condicionan su desarrollo
El polígono de Sabón cuenta con una empresa que maneja sustancias peligrosas javier alborés

Debido a los materiales que manipulan o a lo que fabrican, Repsol (Meicende) y Arteixo Química (polígono de Sabón, en el entorno del núcleo de O Rañal) tienen un plan de emergencia exterior. Este documento, tal y como señala el concejal de Urbanismo, Alberto Castro, suponen un condicionamiento “a lo que se quiera construir en las inmediaciones”.

Esta “delimitación” urbanística viene dado para no incrementar el peligro que puede suponer un eventual accidente en cualquiera de las dos plantas.

Por este motivo (entre otros), el Ayuntamiento tiene la obligación de incluir estos dos planeamientos en el Plan General de Ordenación Municipal. Un documento urbanístico al que tendrán que añadir un plan de emergencias por riesgo químico, como señala el documento que hace referencia a Arteixo Química.

 

Simulacros

Por otra parte, después de que el gobierno local anunciase su intención de llevar a cabo un gran simulacro en Meicende, descartan esta actividad en núcleos como O Rañal, o entre los trabajadores del polígono de Sabón, al entender que “Arteixo Química, es mucho más pequeña. No tiene nada que ver con la refinería”, concluyen.

La “delimitación” viene dada para               no incrementar el peligro de las plantas

Aunque empresas distintas, los riesgos para los núcleos cercanos, y por lo tanto las medidas, a seguir son similares. En líneas generales, las situaciones que se plantean son riesgos provocados por una explosión, un incendio o una nube tóxica.

En ambos casos, el propio plan de emergencia señala la necesidad de darlos a conocer entre la población que se podría ver afectada por un eventual accidente en cualquiera de las dos plantas. Una sirena (controlada desde al fábrica y desde la centralita de emergencias del 112), la megafonía de la Policía Local y los medios audiovisuales serían las herramientas que deberían poner en alerta a los residentes.

Según el grado de gravedad, para proteger a la población, se establecen tres posibles soluciones: que los vecinos se queden en sus casas; alejarlos de los núcleos afectados, punto en el que el plan ordena el control de las vías utilizadas para evitar el caos circulatorio y, por último, la evacuación. Los responsables del operativo de emergencia tendrán que establecer, en zonas alejadas, lugares de refugio a los que llevar a los vecinos, para lo que tendrán que disponer de recursos de transporte adecuados.

Una vez concluida la alerta, se establecerá un grupo de seguimiento y evaluación.

Los planes de emergencia de O Rañal y Meicende condicionan su desarrollo

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