Los bomberos de Betanzos, Carballo y Arteixo trabajarán 26 horas más al año

Más horas de trabajo, sin que se cubran las bajas con contratación externa –menos personal, en definitiva–, modificación de sus turnos y una reducción considerable de su salario si sufren un accidente laboral. Este es el panorama que se le presentará a los bomberos de Arteixo, Betanzos y Carballo (así como a los de cuatro parques más de la provincia) a partir del próximo lunes, cuando su convenio se dé por extinto y tengan que acogerse a los mínimos establecido en el estatuto del trabajador. De entrada, explican los delegados sindicales, su calendario anual contará con 26 horas más de trabajo.
“Hay cuatro puntos importantes del convenio que nos echan abajo. Solo respetan el salario”, explica el secretario del comité de empresa Óscar Regos. Trabajar 24 horas seguidas, poder cambiar con libertad las guardias, el pago de las horas extra como ordinarias y la reducción de su salario un 25% en el caso de sufrir una baja laboral, algo que califican de “sangrante”.
Una vez que desgranan uno por uno estos cuatro puntos, tanto Regos como su compañero del parque arteixán y responsable sindical José López Rivas, exponen las consecuencias de las medidas adoptadas por Veicar, la adjudictaria: “pierde la ciudadanía –en calidad del servicio– y gana la empresa –beneficio económico”, sin contar que “la seguridad personal del trabajador y de otras personas” se verá comprometida con este sistema.

“Malgasto de recursos”
Durante las 24 horas de servicio, los más de 120 bomberos que se verán afectados tienen que realizar una serie de tareas como la revisión de vehículos, preparación física o la formación teórica, entre otras muchas. Una vez que entre en vigencia los turnos de ocho horas, estas labores se tendrán que realizar tres veces, lo que supone un “malgasto de recursos”, indican.
“Cualquier servicio de emergencia es responsable del equipo”, explica Rivas. Es decir, que tres veces al día tendrán que mover los camiones, por poner un ejemplo.
Añaden un apunte más a modo de explicación: la empresa pretende que se pongan “a correr a las tres de la mañana hasta las seis”. “Deberían preguntarle al ciudadano si prefiere que un bombero acuda a apagar el incendio de su casa a las cuatro de la mañana reventado, o fresco, porque ha podido descansar. No es lo mismo correr a las cinco de la tarde que a las dos de la madrugada”, asevera Rivas.
El único motivo de esta medida, sumada al incremento de horas anuales, es que “los mismos trabajadores cubran todas las bajas y evitar así, cualquier contratación externa”, incide Regos. A su vez, los bomberos se muestran convencidos de que eso supondrá de que en cada turno “haya solo tres bomberos en vez de cuatro, porque, ese cuarto, sería el refuerzo, que quedaría a expensas de que no se produzca una baja”, añade Regos.
“Si hay una emergencia y te desplazas dos horas, hay cosas que van a quedar desatendidas porque en ocho horas no da tiempo”, lamenta Rivas.
La empresa expone en una carta dirigida a los trabajadores que retira el complemento salarial de incapacidad temporal (una baja) porque “el absentismo laboral ha alcanzado unos niveles preocupantes en los últimos años”. En este punto, recuerdan que “él absentismo no tiene nada que ver con las bajas médicas” y hacen hincapié en la condición física que requiere el trabajo que desempeñan.
“Nuestra profesión no se rige bajo parámetros de prevención de riesgos. Ni siquiera podemos llevar el cinturón de seguridad en el camión porque ante el aviso de una emergencia hay muchas cosas que hacer por el camino y los camiones van lo más rápido que pueden” para atender cuanto antes esa urgencia y a las personas perjudicadas, expone Regos. Una vez que su convenio quede caduco, no solo tendrán que pensar en que pueden poner en riesgo su integridad física, sino que además, tendrán un “importante perjuicio económico” de sufrir un accidente.