La Policía vigila las oficinas de Augarsa tras la decisión de disolver la empresa

La Policía vigila las oficinas de Augarsa tras la decisión de disolver la empresa
el gobierno local presentã³ una propuesta por vã­a de urgencia sobre augarsa susy suã¡rez

El culebrón de trámites de Augarsa continúa. Después de que el Ayuntamiento interviniese el miércoles a la sociedad y de que asumiese su tutela, el primer día en el que los funcionarios tomaron el mando de su gestión, la Policía Local acudió a la entrada de las oficinas “simplemente para vigilar”, según fuentes municipales, que aseguran que “estos días estarán por ahí, pero como están en otras dependencias municipales”.

Más allá de la anécdota, la situación que se vivió con el cambio de cerraduras y esa vigilancia añadida es un ejemplo más de cómo se desarrollan las relaciones entre Aqualia y Ayuntamiento. Además de los pasos que han iniciado como si de una partida de ajedrez se tratase.

La última de esas jugadas municipales se completó ayer en la sesión plenaria. A pesar de que el miércoles los portavoces tuvieron una reunión con el alcalde, Carlos Calvelo, una propuesta por vía de urgencia de manos de la concejala María Riveiro no sentó nada bien a la oposición porque desconocían el contenido de ese texto sobre Augarsa.

 

"Puñalada trapera"

“Piden que rememos todos xuntos e agora chegan cunha puñalada trapera. Non é serio”, sentención José Márquez de TeGa. Calvelo decidió entonces realizar un receso para “explicar” el contenido del escrito.

En resumen, el gobierno local quería que se aprobase en el pleno iniciar los trámites para que el Ayuntamiento rescindiese el contrato con la concesionaria del servicio del agua por incumplimientos del pliego de condiciones. Además, él se responsabiliza de la gestión diaria a excepción de los puntos que necesiten acuerdo plenario.

La justificación, por lo que señalaron fuentes de la oposición, de que no se les hubiera entregado el papel con anterioridad fue que los servicios económicos del Ayuntamiento no terminaron de revisar la documentación hasta las cinco de la madrugada. A mayores, fue el propio interventor quien recomendó que se realizase ese trámite cuanto antes. Todos de acuerdo, votaron por unanimidad la propuesta.

De este modo, por una parte, el consejo de administración aprueba la disolución de Augarsa. La junta general vota en el mismo sentido. La parte privada designa a un abogado y a un procurador para denunciar a Calvelo (que en la junta de accionistas se abstuvo en la disolución).

Se nombran a unos administradores que ejecutarán la disolución y previsible liquidación. Los puestos de trabajo dependerán de este trámite.

Deciden por consejo de los técnicos intervenir la empresa porque existen informes que apuntan a “incumplimientos” de la parte privada. A su vez, Aqualia aboga por la disolución por el mismo motivo, pero de la parte pública y que responderían a que el alcalde no firmó “la carta de manifestaciones ni de cuentas”, según fuentes del consejo de administración.

Por último, se opta por iniciar el citado expediente de resolución del contrato, a la espera de la siguiente jugada.

 

La Policía vigila las oficinas de Augarsa tras la decisión de disolver la empresa

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