9º-13º
viernes | 26 abril | 2024
Inés Ramos aterrizó en la Concejalía de Servicios Sociales hace casi tres años, tras trabajar ocho en un centro de atención a personas con daño cerebral. Reconoce que faltan cosas por hacer pero se siente orgullosa de haber cambiado “la manera de trabajar en el departamento”, logrando reducir los conflictos y “el ruido”.
¿Qué balance hace de su concejalía desde que llegó?
Cuatro años pueden parecer muchos pero se han hecho cortitos, sobre todo cuando se habla de temas asistenciales y trabajo con personas. Cuando quieres que se produzca un cambio es necesario un tiempo. Después de tres años cuesta decir que se está valorando y analizando la situación, pero es cierto y así se requiere, porque es un servicio muy amplio, compuesto por diferentes programas, y necesitas ir uno a uno de manera específica. Tenemos el programa de familias, de inclusión social, dependencia... Por el que estamos apostando, sobre todo, viendo una necesidad real, es por el de dependencia. De hecho, hemos ampliado el contrato, pasando de 840.000 euros a 1.100.000 para poder dar cobertura. Aquí tengo que comentar que, a pesar de que hace meses que se firmó el contrato, las limitaciones administrativas todavía no nos permiten dar esa cobertura. Quisiera disculparme e informar a los vecinos de que se está tramitando, pero estamos a la espera. Estamos recibiendo llamadas de personas que necesitan ese apoyo y esperamos darlo lo antes posible.
¿Cómo se está trabajando en el ámbito de la exclusión social?
Con un programa de seguimiento muy exhaustivo que requiere mucho trabajo de los técnicos del departamento. Estamos trabajando con perceptores de la Risga, que es una prestación autonómica pero cuya carga fundamental recae en los ayuntamientos, porque necesita un equipo interdisciplinar que trabaje todos los días con estas familias, marcando unos objetivos. Dimos la oportunidad a un grupo de personas para ser contratadas por el Ayuntamiento durante un tiempo y terminan este mes. En breve saldrá una nueva convocatoria. Este proyecto aporta, también, formación a estas personas.
¿Han mejorado los datos de Arteixo en esta materia?
Hemos reducido las ayudas a emergencia social en unas 50 personas, estamos finalizando la memoria de 2017 pero nos movemos en esa cifra. Hicimos una reorganización para resolver este tipo de ayudas, intentamos que no sea dar ayuda económica porque sí, sino marcar unos objetivos con cada familia y trabajar con ellas. Hemos reducido ayudas, no es muy popular decirlo pero se ha colaborado de otras formas. Se incrementaron las ayudas a gastos sanitarios: fármacos, gafas, odontología.
¿Qué presupuesto manejan?
Anualmente contamos con tres millones de euros aproximadamente. El programa de dependencia se lleva algo más de un millón y el resto se reparte entre los programas de familia, inclusión social, igualdad y prevención de la violencia de género, etc. Acabamos de sacar el contrato de actividades sociales de igualdad en los centros educativos, que también ha aumentado. Tenemos 980 personas en actividades sociales y, a mayores, dentro de las actividades de inclusión tenemos las aulas de adultos en los centros sociales para ofrecerles alfabetización digital, ESO, etc. En total, en integración social y aulas de adultos participan 1.025 personas.
¿Considera suficiente el presupuesto con el que cuentan?
Este año ya hemos incrementado las partidas que necesitaban ampliarse y vamos en esa línea, donde veamos que haya una debilidad o necesidad, se apostará por mejorar. Eso es una prioridad de este grupo de Gobierno. También hemos sacado hace poco un contrato nuevo a licitación para integración sociolaboral por 110.000 euros. Cuando llegué al departamento, las familias llegaban casi exigiendo una prestación económica, muchas veces con malas conductas y agresividad. Esa actitud me sorprendió y fuimos hablando y trabajando con cada persona, escuchando su caso y atendiéndolos con detenimiento. Hemos notado una mejora importante en ese sentido, de menos ruido en el departamento y marcándonos objetivos. Tenemos reuniones periódicas de trabajo en equipo donde vemos que hay muchos casos en los que no es tanto la necesidad económica, que también la hay, sino que se les ayuda de otras maneras que cubren sus peticiones. Hemos logrado un cambio de funcionamiento y quiero mencionar al equipo técnico de la Concejalía, sin ellos no sería posible llevar a cabo las políticas.
Hace unos años, Cáritas Oseiro decía que estaban colapsados porque los servicios sociales del Ayuntamiento no funcionaban.
Quizá eso fuese por el ruido que comentaba, la gente estaba muy acostumbrada a venir al departamento de manera furiosa y ahora ha habido un cambio. Hay una planificación que antes no había y nos ha ayudado a tranquilizar a las familias, ofreciéndole lo que necesitan pero de otra manera. Seguimos coordinados con Cáritas, ellos nos apoyan en momentos puntuales en los que la administración no llega de manera ágil. En principio estamos funcionando en buena sintonía, aunque es cierto que también nos llegan quejas de gente a la que le han dado alimentos caducados. Nosotros lo que buscamos es que tengan sus vales de alimentación y hagan sus propias compras. Que sean personas autónomas y que no tengan que depender de los diferentes organismos. Por otra parte, también a veces es muy difícil razonar con una persona que se ha acostumbrado a percibir una Risga y no quiere cambiar su modo de vida, está cómodo con ese dinero y no piensa en entrar en el mercado laboral.
Buscan motivarlos para que se reinserten en el mercado laboral.
Claro, realizamos talleres para motivarlos y que se formen, que inicien una búsqueda activa de empleo. Hacemos un seguimiento exhaustivo para que la paga vaya acompañada de un proyecto de integración.
Sobre los realojados de Meicende, ¿cómo es la situación actual en ese barrio?
Seguimos en la misma situación, a pesar de que el Ayuntamiento de A Coruña se puso en contacto con el de Arteixo en su momento, mostrando buena voluntad para reconducir la situación y hacer un seguimiento de los realojados, actualmente siguen funcionando de la misma manera. Dijeron que se iba a solucionar de manera urgente y rápida, pero no ha sido así.
¿El Ayuntamiento coruñés sigue pagando el alquiler a familias reubicadas sin ningún tipo de seguimiento o control?
Sí. Se iniciaron unas reuniones técnicas para ver cómo se podía actuar pero seguimos en la misma línea, o sea que no se está haciendo nada de lo que se habló en un principio.
¿Continúan los incidentes y las quejas de los vecinos?
La situación no ha cambiado, y ocurre igual en el edificio que tenemos en Arteixo en la misma situación. Siguen llegando nuevas familias realojadas al municipio sin ningún proyecto de integración.
El alcalde, Carlos Calvelo, decía que seguramente se trasladase a Arteixo a los habitantes de la conservera Celta de A Coruña.
No sé si tiene relación con eso, cada familia decide voluntariamente donde quieren vivir y me parece perfecto, tampoco quiero que esto suene como que no los queremos aquí. Para nada estamos discriminando, simplemente que deben tener un proyecto de inserción. Una simple llamada de técnico a técnico para informar de que hay una nueva familia en el ayuntamiento, cuál es su situación... Eso no está sucediendo. Esa es la realidad, sin meternos en temas políticos.
¿Y sobre el absentismo escolar?
Seguimos trabajando en eso y ha mejorado. Continuamos con el programa de formación laboral “Deseñando o teu futuro”, que tiene muy buenos resultados y estamos consiguiendo que los jóvenes retomen sus estudios. l
