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martes | 16 abril | 2024
“En esta ciudad encuentro mi equilibrio, aquello que no tengo en mi día a día”, proclamó Jorge Vázquez con motivo de las celebraciones de San Roque de 2008. El diseñador, encargado de abrir las celebraciones, recibió entonces el cariño de sus paisanos que, nueve años después, dan un paso más en su aclamación concediendo al modisto la Medalla de Plata de Betanzos. La iniciativa, propuesta del Gobierno del PSOE, se elevará mañana a pleno respaldada por el acuerdo unánime de la Comisión de Honras e Distincións de 8 de agosto de 2017.
En el escrito, que defenderá el edil Andrés Hermida, repasa la extensa carrera de Vázquez, desde sus comienzos en Inditex, con solo 18 años, hasta su consolidación con el nacimiento de su propia marca: JV. Desde Galicia, donde colaboró con Antonio Pernas, hasta Madrid, donde se instaló en 1998 para incorporarse al equipo creativo de Ángel Schlesser.
En la actualidad, continua con su actividad como diseñador con la enseñanza universitaria, como codirector del Master de Moda del Instituto Europeo de Diseño (IED) de Madrid. Antes, pasó por Fecón, Síntesis, Rosa Clará, Loewe, Pandora, Couchel, Molé Molé, Aguayo y otras compañías de renombre internacional, y recibió una decena de premios, siendo los más recientes el ELLE a Mejor Diseñador Español y el L’Oreal a la Mejor Colección en la Pasarela MBFWM –Madrid Cibeles– en 2016.
Modelo
“A toda esta traxectoria –recoge la propuesta– hai que engadir que a firma Jorge Vázquez responde a un modelo de negocio mixto no que se combinan tradición e industria; respectando e preservando os procesos de confección máis artesanais do oficio”, a lo que se suma la apertura, durante los últimos años, de numerosos puntos de venta tanto en España como en otros países del mundo, siendo referentes las de Madrid, A Coruña, Palma, San Sebastián, Santander, Salamanca, Murcia, Barcelona, París, Nueva York, Miami, Dubai, Mónaco, Munich, Dublín, Moscú, Arabia Saudí, Lima o Bangkok.
Pero Jorge Vázquez Fernández (Betanzos, 1972), un hombre seguro, inquieto y siempre elegante, “nunca esqueceu á súa cidade e sempre tivo presente a súa paixón por ela, o que lle converte nun magnífico embaixador do noso concello alá por onde pasa, e reforza máis se cabe esta distinción”, precisa Hermida.
