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sábado | 20 abril | 2024
Un trágico accidente de tráfico se cobró ayer la vida del expárroco de Vilaboa, José Cardeso Liñares. Vecino de Rutis desde 1953, murió a los 88 años en un accidente de tráfico en el que el coche en el que viajaba se empotró contra un muro en la carretera N-550, a la altura del núcleo de Alvedro.
Fuentes de los diferentes servicios de emergencias señalaron que se desconocen las causas que llevaron al conocido sacerdote a perder el control del vehículo. Así, indican que no se sabe si falleció a consecuencia del impacto o si su muerte fue por causas naturales.
Fue un particular quien dio la voz de alarma al encontrase después de las dos y media de la tarde con el turismo siniestrado. Así, llamó al 112 para avisar del accidente y de que había una persona mayor en el vehículo.
Este dato hizo pensar que fuese necesaria su excarcelación, por lo que los bomberos de Arteixo fueron alertados por la centralita de emergencias. Pero, finalmente, no hubo que forzar ningún elemento del auto para poder sacar el cadáver del vehículo. También acudieron al punto Protección Civil de Culleredo, la Guardia Civil y el 061. Cuando llegaron, no pudieron hacer nada por la vida del octogenario, como explican desde el 112.
Condolencias
En cuanto se conoció la identidad del finado, la consternación se propagó entre muchos vecinos de Culleredo, así como en el propio Ayuntamiento, que mostraba su “hondo pesar” por el fallecimiento de Cardeso Liñares, que da nombre a la biblioteca de Vilaboa.
El expárroco de Vilaboa nació en A Baña en 1924 y cursó sus estudios en el seminario de Santiago. En 1949 fue ordenado sacerdote y asumió la parroquia de Rutis en 1953, en donde residía desde entonces.
Continuó sus estudios en el campo de la Filosofía y Letras y leyó su tesina en 1974: “El arte religioso en el Valle de Veiga”. Con la tesis “El arte religioso en la tierra de Barcala”, quince años después, se doctora y aún tuvo tiempo para estudiar tres años de Sociología.
Fue profesor en la Universidad Laboral y, como sacerdote, desde el gobierno local recuerdan que fue quien levantó la iglesia parroquial y el colegio anexo.
Unas actividades laborales que le valieron para ganarse el cariño y la popularidad tanto entre sus alumnos como entre los vecinos del municipio.
Autor de una vasta colección de obras, donó su colección de libros particulares al fondo bibliográfico del municipio. Entre sus obras se encuentran títulos como “Luces y sombras del arte en As Mariñas dos Frades”; “Santuarios marianos de Galicia”; o “Rutis-Vilaboa. Pasado, presente y futuro de una parroquia cambiante”, entre otros muchos.
Fue colaborador de El Ideal Gallego, así como de otros medios, en donde realizó numerosas crónicas sobre Culleredo. También publicaron sus artículos de índole más espiritual en revistas religiosas como “Encrucillada” o “Vida Nueva”. n
