Unos cincuenta vecinos exigen dimisiones en Miño por la pérdida de las banderas azules

La última protesta convocada por la oposición municipal movilizó a más de medio centenar de “indignados”, nada que ver con las convocadas a raíz de la investidura de Ricardo Sánchez. La retirada de las tres banderas azules por la ausencia de socorristas ha empujado a los ciudadanos a la calle, pero “non están todos os que deberían estar”, comenta un vecino, visiblemente contrariado por la tímida respuesta a la llamada del PSOE. “Aquí tiñan que estar todos os comerciantes da vila”, insiste el mismo portavoz, convencido de las consecuencias de la “mala xestión” de Ricardo Sánchez y el Partido Popular.
El primer edil, por su parte, confirmó la incorporación de tres nuevos socorristas el lunes 18.
Si hace unos años los ciudadanos se mostraban su irritación por cuestiones como la deuda contraída con Fadesea Inmobiliaria pero no acababan de movilizarse, ahora han despertado del todo y las movilizaciones se suceden con los meses desde 2015. “Había un caldo de cultivo que podía estallar en cualquier momento”, explica uno de los asistentes, que dice desplazarse desde Madrid para veranear en Miño desde los 80. Pero los manifestantes apenas superaban el medio centenar que, “bandera azul” en mano, reclaman la dimisión del alcalde, Ricardo Sánchez Oroza; el número dos de su equipo, el portavoz popular Jesús Veiga, y el edil de Personal y Medio Ambiente, Agustín Andrés.

TREINTA AÑOS
El portavoz de los socialistas intervino para denunciar que “perdemos as tres bandeiras porque a xestión do Goberno de Miño foi a peor que se podía ter realizado, por non terse anticipado á situación... non foron quen de manter un posto de socorrismo, nin sequera a Policía Local...”.
“Aínda que a recuperemos o ano que ven, xa perdemos o distintivo que recoñecía a nosa Praia Grande como unha das sete de España que obtivo bandeira azul durante trinta anos consecutivos”, continuó Vázquez Faraldo, quien también advirtió de la escasa participación de comerciantes y hosteleros, “por medo”, y de las pérdidas económicas que la decisión de la Adeac acarreará a Miño. Antes de iniciar la protesta, los asistentes guardaron un minuto de silencio por las víctimas de los sucesos de Niza.