“Cedo el CIEC a Betanzos si garantiza la continuidad de todas sus actividades”

“Cedo el CIEC a Betanzos 
si garantiza la continuidad de todas sus actividades”
Jesús Núñez en la antigua “Casa Núñez”, sede de la Fundación CIEC PEdro Puig

Nacido en Betanzos (1927), dudó en un principio si abrirse camino como artista internacional o acomodarse en su ciudad, para decidirse por lo primero y dejar lo segundo para los años de madurez, cumplidos los 60. Entonces, con todo el peso de su apellido sobre la espalda, decidió regresar a la matriz –la Casa Núñez, construida en 1923 para albergar los primeros grandes almacenes del país– y radicar en ella el CIEC (Centro Internacional de Estampa Contemporánea), un espacio pionero en España. Transcurridos veinte años, la institución atraviesa una situación crítica y su creador apuesta por una fundación de carácter público para asegurar su continuidad de las instalaciones, bajo tutela del Ayuntamiento de Betanzos. Pero el Gobierno de García Vázquez no parecer estar por la labor, e incluso encargó un informe donde cuestiona el borrador expuesto por Núñez al alcalde, del PSOE.

¿Cuál es la actual situación de la Fundación CIEC?
La situación es mala, pero puede ser peor, más aún después de conocer el cambio de criterio para la concesión de subvenciones por parte de la Diputación Provincial de A Coruña.

¿Tan mala como para plantear echar el cierre al CIEC?
Estamos resistiendo y seguiremos haciéndolo hasta donde podamos, pero la situación es complicada porque los ingresos no cubren el 100% la actividad de las dos plantas del CIEC.

¿A cuánto asciende la última subvención de la Diputación Provincial de A Coruña?
Estamos pendientes del ingreso de la de 2015. Son unos 85.000 euros, pero es que en 2016 nos corresponden 25.500. Esto se debe a la sustitución de las subvenciones nominativas por otras en régimen de concurrencia con un límite de 30.000.

Usted hace llegar al Ayuntamiento de Betanzos un borrador para la donación del CIEC. El Gobierno de García Vázquez entiende este como una propuesta definitiva por parte de Jesús Núñez. Incluso encarga un informe al secretario, que no duda en calificar de “desorbitadas” las condiciones de cesión del CIEC.
El borrador, que no propuesta, contemplaba unos tiempos y unas condiciones ideales para la promoción y expansión de los proyectos que aquí se desarrollan, es decir, lo que a mí me gustaría para cuando mi mujer y yo no estemos, pero la realidad es que nunca en la historia del CIEC se manejaron esas cifras, que son ideales pero no reales, y lo que esperaba era que se me llamase a una segunda reunión para, entre ambas partes, definir la propuesta definitiva, para que se me hiciese llegar qué puede y qué no asumir el Ayuntamiento de Betanzos. En ningún momento planteo que tenga que ser la administración municipal la que tenga que asumir las cuantías a las que se apuntan y que –insisto– son irreales e inviables para el Ayuntamiento de Betanzos.

¿Pero usted dejó claro al Gobierno de Betanzos que esa no era una propuesta firme, sino un borrador inicial para valorar la cesión del CIEC?
Es que ni siquiera iba firmado, ni se presentó por registro, por lo que me sorprendió que se realizara un informe de un borrador. Es más, otros grupos de la corporación nos trasladaron su perplejidad e indignación por ese informe. No parece lógico que el secretario informe sobre una propuesta no oficial.

Da la impresión de que el problema radica en que, en gran medida, la ciudadanía vive de espaldas a este centro, que no se supo comunicar lo que el CIEC supone para Betanzos.
Pero es que este centro no es solo importante solo para Betanzos. Para empezar, he de reconocer que ha sido una equivocación por mi parte, el disparate más grande, por lo que me ha costado, tanto el edificio como el mantenimiento posterior de esta casa y de la propia Fundación CIEC. Si esto lo hubiera hecho en Madrid, estaría funcionando, con sus talleres, sin las complicaciones y la escasa sensibilidad que, en ocasiones, he encontrado aquí, en Betanzos.

Representantes de las distintas fuerzas de la corporación asisten a una reunión con usted en la que también participa el alcalde de la ciudad, Ramón García. ¿Qué le trasladan sobre el futuro del CIEC?
El alcalde intervino para leer el informe del secretario, que es demoledor, pero no realizó ninguna valoración, y por parte de los grupos presentes se planteó la necesidad de articular una fórmula para garantizar la viabilidad del CIEC.

¿En este momento, qué pasos se van a dar desde el CIEC?
Mi idea siempre ha sido que el Ayuntamiento de Betanzos lidere este proceso, pero en él deberán participar tanto la institución municipal como la Xunta y la Diputación de A Coruña. Incluso la empresa privada. Soy consciente que el Ayuntamiento es menor de edad para un proyecto como este, pero el CIEC está en Betanzos y son sus representantes quienes tienen que capitanear el movimiento, buscar los compañeros de travesía, y además, tras la cesión, el Ayuntamiento de Betanzos va a ser su propietario, de la colección y de este inmueble, y “a cambio” solicito la continuidad de la actividad, por un tiempo determinado que en principio se estableció en 50 años, pero que también se puede discutir porque quizá medio siglo no es lo adecuado para un centro de grabado como el CIEC. En caso de que no se diese continuidad a la actividad, el centro y su colección pasarían de nuevo a sus titulares y, en el caso de que nosotros faltemos, a Cruz Roja.

Entonces, ¿qué sistema regiría el CIEC después de su cesión a la ciudad de Betanzos?
Una fundación de carácter público, tutelada, capitaneada, liderada... por el Ayuntamiento de Betanzos, que asumiría su titularidad, con participación de la Xunta y la Diputación de A Coruña.

“Cedo el CIEC a Betanzos si garantiza la continuidad de todas sus actividades”

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