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lunes | 13 mayo | 2024
“Hacía falta algo más que donar todos los meses comida a los que peor lo están pasando”, afirma Mercedes Bardacan, miembro de Cáritas en Oseiro. Asegura que hace un año, una visita a Suiza le inspiró para poner en marcha unos huertos solidarios de los que hoy en día se benefician ocho familias.
“Nos costó mucho que nos cedieran un terreno, hasta que al final, la familia de José Vázquez González nos dejó una parcela de unos 500 o 600 metros”. Como incide Bardacan, la encargada de los terrenos es Cáritas y es a quien se le cedió la finca, previa firma ante notario para que se preste durante cinco años y en el caso de que la familia quiera recuperar el terreno antes, solo tiene que avisar con tres meses de antelación, para “que de tiempo a recoger la cosecha”.
Espera que más vecinos faciliten sus propiedades. “Tienen miedo a que se las ocupen de por vida y no es así. Además, hay muchas parcelas que no están cuidadas y están llenas de maleza. Con esta iniciativa se benefician las familias y los dueños no tienen que encargarse de limpiar las parcelas que no usan”.
Respecto a los que se benefician del fruto de la tierra, aseguran estar encantados y la experiencia “va muy bien”. Plantan y tienen productos frescos para alimentarse.
Entre los que comparten esta parcela que fue “preparada y dividida por Cáritas” se ayudan mutuamente, “si uno no puede regar, pues riega el de al lado”. Pero, además, después de estar un largo período en situación de desempleo “tienen que sentirse útiles”, afirma Bardacan.
Peticiones
En la actualidad, Cáritas de Oseiro, que cuenta con seis voluntarios, atiende a 66 familias. “Llegamos a atender a unas ochenta personas, pero muchos se tuvieron que marchar a buscarse la vida en otros sitios”, lamentan desde esta entidad benéfica.
Por ello, Bardacan defiende que si los vecinos del entorno se animasen a ceder de esta manera sus fincas, “habría más familias a las que se les podría ayudar” y que dispondrían de esta opción para poner comida de la huerta sobre la mesa.
Pero no solo piden solidaridad a los vecinos, sino también al Ayuntamiento de Arteixo. “Tienen que saber que hay necesidades en el pueblo y nos escuchan poco”.
Les gustaría que el gobierno local les facilitase alguna caseta “para guardar las herramientas porque ya nos las han robado alguna vez”, lamenta Bardacan. Y, de paso, si el Ayuntamiento quiere facilitarles alguna parcela para continuar con esta labor, bienvenido sea.
Otro de los problemas que cree Bardacan que debería solucionarse es que “la espera en Servicios Sociales es muy larga”. A ello, añaden lo difícil que se lo ponen para ayudar a la gente porque no facilitan “información por la ley de datos, pero nosotros pedimos información a través de los usuarios y para su beneficio, de por qué no se le concede una ayuda, por ejemplo. Hay casos sangrantes”, concluye.
