Libera denunció ante la Consellería de Medio Rural la situación de dos caballos, atados y malnutridos, en las inmediaciones de la iglesia de Reboredo, en Oza-Cesuras. Los animalistas advierten que un ser vivo es una responsabilidad que necesita cumplir unos mínimos de bienestar y de que las multas por tener caballos sin identificar en fincas o explotaciones ganaderas podrían llegar a los 60.000 euros.