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lunes | 13 mayo | 2024
No son obra de simples vándalos. Para la Policía Local de Arteixo, las pintadas con las que amaneció hace una semana el templo de Santiago son obra de algún grupo “ideologizado” que podría encajarse dentro de los llamados “antisistema”.
Los jóvenes que toman como entretenimiento los grafitis en cualquier lugar y sin permiso de autoridades o propietarios tienen como única intención dejar su marca. En este caso, recuerdan desde el Ayuntamiento, se encontrarían los jóvenes a los que se detuvo el verano pasado después de destrozar a golpe de aerosol un chalé en Valcobo.
Sin embargo, añaden desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana, los grafitis de la iglesia tienen un mensaje muy concreto y en algunos dibujos incluso se utilizaron plantillas.
“Prohibido violar niños”, se podía leer en alguna de las pintadas. Los colores de la república, y alusiones a la “insurgencia” o a la “justicia”.
Las autoridades municipales indican que este tipo de actuaciones no suelen realizarse de “forma generalizada”. Aparecen en edificios públicos, contra algo en concreto y no suelen repetir su hazaña.
De todos estos mensajes, solo quedan en el templo las sigmas tatuadas en una de las puertas del templo. El resto de la iglesia ha sido pintada, y una parte del suelo de afuera, pulida.
Contra el PP en Meicende
En esa línea de pintadas con tinte ideológico, hace unos meses, en Meicende un par de muros de propiedades abandonadas aparecían con mensajes contra el PP.
Estos grafitis “adornaban” las calles del núcleo urbano cuando comenzó la polémica por la comida de mayores. El motivo, que el Ayuntamiento había subido todas las actividades municipales pero mantuvo la gratuidad de la comida de mayores de Navidad y la que se celebrará el próximo mes.
Además, en los últimos días, una nueva pintada reivindicativa aparecía en Meicende. En medio de la pancarta que colgó San Xosé Obreiro para reclamar el bus urbano, alguien decidió subrayar el mismo mensaje con su aerosol: “Queremos o bus, xa”, reza el lema.
Con todo, la Policía señala que el nivel de pintadas “está bastante estabilizado, incluso hacia la baja”. Indican que esto se debe a la detención del grupo que se encargaba de llenar de “bombillas” el municipio, así como otras dos identificaciones de los últimos meses. En estos casos, los jóvenes “cazados” deben realizar trabajos sociales para redimir sus actuaciones.
El castigo más frecuente suele ser obligarles a limpiar y pintar para tapar grafitis los distintos muros públicos.
