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viernes | 19 abril | 2024
El cobre se ha convertido en un gran negocio, sobre todo, para aquellos que lo roban para su posterior venta. Tanto es así, que solo en el último año, los malhechores se han apoderado de cerca de 90.000 euros en material sustraído del cableado del alumbrado público del municipio arteixán.
Como señala el delegado de la Concejalía de Obras y Contratación, José Amado, la intención de su departamento es habilitar una partida de 87.904 euros para poder subsanar los puntos de luz públicos que se han visto afectados por esta fiebre del metal.
En concreto, son nueve lugares los que han sido víctimas de estas actuaciones penadas por la ley. Entre algunos de estos puntos se encuentra la urbanización de Montegolf, el paseo fluvial de la localidad, la parroquia de Loureda, el área recreativa de Monteagudo, el entorno de la playa de O Rañal o la calle de Oviedo.
Hasta la fecha, señala el edil, no existía una partida concreta para reparar las consecuencias que producen estos robos y que se traducen en que los vecinos dejan de tener luz en el entorno de sus viviendas durante un determinado período de tiempo. El objetivo, señala, es tener un listado de los lugares que continúan sin alumbrado y encenderlo de nuevo.
Nueve kilómetros > El robo de cobre se ha convertido en una plaga que solo en los cinco primeros meses del año supuso la usurpación de 9.110 metros de cable.
Este botín ha sido el resultado de media docena de robos, en algunos de los puntos mencionados. Por ejemplo, en la calle de Oviedo (en el núcleo urbano de Meicende) los ladrones sustrajeron medio kilómetro de cableado público. En este caso, la vía no cuenta con viviendas, ya que en ella solo se ubican naves industriales.
El suceso se produjo en marzo de este año y, como explicaban en aquel momento fuentes de la Policía Local, el verdadero problema es que se trata de una calle muy transitada porque se encuentra en las inmediaciones del campo de fútbol del núcleo urbano, que tiene una gran actividad.
Uno de los más graves se produjo en el embalse de Meicende. De este entorno se llevaron material valorado en 6.000 euros que ya fue repuesto durante el año pasado. En el caso de Loureda, se quedó sin luz todo el paseo que va desde el río hasta O Igrexario.
En O Rañal, los vecinos se dieron cuenta a principios de mayo de que las farolas del pequeño núcleo tenían parte del cable colgando. Acto seguido, los mismos residentes se encargaron de acudir a la Policía Local para dejar constancia de lo sucedido. El Ayuntamiento repuso el alumbrado para que las fiestas en honor a la Virgen del Carmen pudieran celebrarse con normalidad.
