El área metropolitana lucha por mantener sus mercados más tradicionales

El área metropolitana lucha por mantener sus mercados más tradicionales
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Las ferias y mercados tradicionales siguen vivos en el área metropolitana y desde los municipios luchan por promocionarlos para atraer visitantes, así como para fomentar entre la población una alimentación saludable basada en productos “kilómetro cero”.

El Gobierno de Arteixo informó hace unas semanas de que realizará un estudio técnico para comprobar la viabilidad de un mercado de abastos en el municipio, un recinto donde también se ofrezcan actividades lúdicas y de ocio, al estilo de otros como el coruñés de San Agustín. La propuesta –que recibió los votos favorables del PP, el BNG y Alternativa dos Veciños, absteniéndose el PSOE– fue lanzada por el grupo de Alternativa y busca dinamizar la economía local –actualmente Arteixo programa una feria los sábados por la mañana–, un objetivo que también es el del resto de ayuntamientos del área metropolitana de A Coruña.

Localidades como Oleiros, Betanzos y Sada cuentan con una plaza de abastos y con ferias tradicionales, pero en la mayoría de territorios lo que se celebran son “feirones” que combinan la alimentación con la moda, los complementos y el calzado. Suelen celebrarse con una periodicidad bimensual o trimensual, aunque ayuntamientos como la Ciudad de los Caballeros apuestan por este tipo de comercio y también disponen de un mercado de productos autóctonos cada martes, jueves y sábado –a mayores de las concurridas ferias del 1 y el 16–.

En Culleredo existen el “feirón” y el llamado ecomercado, que cada segundo domingo de mes de 09.30 a 15.00 horas llena las calles de Vicente Risco y avenida de Rutis –en el entorno de la Universidade Laboral–. El mercadillo tiene 160 puestos, indican desde el Gobierno cullerdense, que añade que el mercado ecológico se realiza en colaboración con la Diputación.

Una feria más modesta es la de Oleiros, que reúne una docena de puestos en A Rabadeira los días 6 y 24 de cada mes con productos de alimentación, ropa y artículos para el hogar. Además, en Perillo se ubica la plaza de abastos local.

Las calles de Sada llevan décadas albergando cada sábado por la tarde un sinfín de puestos, principalmente de ropa, una iniciativa que sobre todo en verano genera un lleno total en el municipio. 
Es uno de los mercadillos más longevos del área metropolitana, con más de cuarenta años, y dispone de unos 150 puestos. El Gobierno local está trabajando ahora en aplicar la ordenanza para regularizar el comercio de vendedores ambulantes y negocios locales, por lo que mantiene abierto el proceso de renovación de licencias.

El municipio de Cambre, que vive su feria cada día 2 y el tercer domingo del mes, puso en marcha hace unos años otra en O Temple, que tiene lugar cada segundo viernes. Mientras, en Carral el Campo da Feira se llena los días 4, 13 y último domingo.

Abegondo realiza su mercado tradicional la segunda jornada dominical de cada mes y apuesta por la dinamización de la economía local con degustación de diversos platos en los bares de la zona, desde queso y setas hasta fabada y callos. Por su parte, Bergondo despliega su feria los lunes en Guísamo.

Tradición
Curtis cuenta con 150 puestos en su mercado comarcal, que se celebra los días 9 y 23 en el recinto ferial y que tiene una tradición centenaria. Su auge fue paralelo al de la estación de ferrocarril local, inaugurada en 1883 y que era parada obligada, ya que un depósito de agua cercano permitía abastecer a las máquinas de vapor. La feria curtiense es un ritual para vecinos y visitantes, rematando la faena con la degustación de pulpo o carne “ao caldeiro” en el propio recinto comercial.
Muy cerca de allí, en Teixeiro, el mercado se celebra en la plaza de España los días 5 y 18, mientras que en Miño tiene lugar cada domingo de forma matutina y en Paderne el segundo domingo de mes. En estas últimas localidades se programan, a mayores, dos ferias especiales para exaltar productos protagonistas en sus zonas, como son la cebolla chata miñense y el vino Branco Lexítimo, eventos que congregan a cientos de personas cada año.

Las comarcas de A Coruña y Betanzos se esfuerzan cada semana por revalorizar sus ferias más representativas, un tipo de comercio que las grandes superficies han ido erosionando, pero que mantiene intacto su encanto.

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El feirón de Sada tiene lugar cada sábado por la tarde y tiene más de cuarenta años de historia. Desde que en el año 1977 se iniciase con apenas cinco puestos en la plaza de San Roque han sido muchos los cambios en este mercado semanal, que actualmente dispone de 150 puestos entre fijos y provisionales, así como los cedidos temporalmente a asociaciones culturales y sociales, además de otros organismos sin ánimo de lucro. Desde el Ayuntamiento se está poniendo especial empeño en aplicar la ordenanza modificada en el 2017 para la regularización y armonización de puestos entre los comerciantes de Sada y los ambulantes. De esta manera, ya se ha notificado la apertura del proceso de renovación de licencias de cara al 2020, donde se tendrán en cuenta criterios de diversidad de los productos, cuyos puestos podrán ser reajustados en tamaño y localización, apunta el Consistorio sadense.

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El Gobierno de Arteixo lleva años señalando que el feirón de los sábados necesita una revitalización y un cambio. Para dinamizarlo, en los últimos años se han organizado actividades como demostraciones de oficios y animación para niños, pero los vendedores siguen demandando mejoras. Con la creación de la explanada cubierta tras la oficina de turismo local, no son pocos los que creen que la feria debe moverse a esta ubicación, que también protegería a los vendedores de las inclemencias meteorológicas. Por otro lado, muchos ven esa localización muy alejada del centro neurálgico de Arteixo y creen que el paseo fluvial y la plaza del Balneario son los espacios más indicados para generar ventas, ya que tienen cerca otros establecimientos comerciales y de hostelería.

02 noviembre 2019Betanzos.- La feria de Todos Los Santos abarrota Betanzos con su homenaje a los productos otoñales

Las ferias de los días 1 y 16 de Betanzos son un clásico en el área metropolitana coruñesa. La plaza García Irmáns –O Campo– y sus aledaños se llenan de puestos con todo tipo de productos, generando una afluencia masiva de gente desde tiempos inmemoriales. Especialmente importantes son las celebraciones del primer día de enero, mayo y noviembre, jornadas festivas en las que familias y vecinos se pasean por los puestos y las callejas betanceiras. Hay quien asegura que las ferias de estos tres días ya generan tanto público como el día grande del municipio: el 16 de agosto, San Roque, una fecha grabada a fuego en el almanaque local por el lanzamiento del globo. A mayores de estas ferias, Betanzos cuenta con un mercado de productos frescos que tiene lugar cada  martes, jueves y sábado en la misma plaza de O Campo, con menos puestos de venta.

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