Adiós a los guardianes de El Pasatiempo

Adiós a los guardianes de El Pasatiempo

Hace cinco meses, coincidiendo con una nueva campaña ciudadana para “Salvar El Pasatiempo”, el Gobierno de Betanzos anunció su intención de adquirir los leones instalados por Juan García Naveira en uno de los accesos al parque, vendidos por sus descendientes al Santuario de Covadonga. Un intento que, como los anteriores, fracasó pese a la mediación del Arzobispado de Santiago de Compostela. Ahora, los vecinos apuntan a que aquel anuncio de García Vázquez respondió a una maniobra para desviar la atención sobre la grave situación de El Pasatiempo.
Cierto o no, lo que está claro es que Asturias no quiere desprenderse de los leones y que, una vez más, sus responsables han atajado el asunto con cierta celeridad, sin dar la más mínima opción a Betanzos. Porque esta no era la primera vez que lo intentaba, ni la primera en que se recurrió a la élite para solicitar su mediación, y el ejemplo más reciente ocurrió hace poco más de veinte años, en tiempos de Lagares. Entonces, el Ayuntamiento de Betanzos se dirigió al Arzobispado de Oviedo para valorar la posibilidad de un acuerdo, pero sin éxito para Galicia.

El regidor, que llegó a desplazarse hasta la Basílica de Santa María la Real y a reunirse con el prior, puso de manifiesto las circunstancias del traslado de las figuras y el alcance de su devolución entre la ciudadanía, pero la Iglesia no consideró la propuesta teniendo en cuenta que los leones, uno durmiendo y otro al acecho, ya formaba parte del entorno de la Santa Cueva.
En su empresa, el Gobierno de Betanzos contó con el apoyo del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que, tras conocer las intenciones betanceiras y los contactos iniciados con Covadonga a través de los medios de comunicación, se puso en contacto con el Ayuntamiento de Betanzos ofreciéndose como árbitro de las conversaciones con Asturias.

El consistorio remitió la documentación y el expediente a Santiago, pero el Gobierno de Fraga Iribarne tampoco logró el sí del Arzobispado de Oviedo. En 2010, una iniciativa popular surgida en Facebook a través de “Betanceiros en el Mundo” volvió a plantear la oportunidad de recuperar las esculturas, vendidas por 500.000 pesetas (Javier Remis en La Nueva España, 2008) para instalar a ambos márgenes la carretera de acceso al Santuario de Covadonga.

La familia siempre ha defendido la misma versión de la venta y traslado de los leones, que achacan a una decisión de una parte de los herederos que, después de ofrecerlos al Gobierno de Betanzos alrededor de 1964 ó 1965 y comprobar el escaso interés del consistorio en las esculturas, decidió enviarlos a Asturias “cobrando únicamente los portes”, insisten los herederos de Juan García Naveira. Éste los había “colocado” como guardianes de El Pasatiempo. Las dos esculturas, realizadas en mármol de Carrara en Italia, son una copia, aunque de mayor tamaño, de los originales que custodian el Sepulcro del Papa Clemente XIII.

Adiós a los guardianes de El Pasatiempo

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